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Los 25 cómics de 2010

El año de las reediciones, así se podría calificar a este 2010 que encara sus últimos días y en el que la crisis económica no ha hecho estragos aparentes en los niveles de produccióN.

el 30 dic 2010 / 09:38 h.

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Ha sido un año en el que la crisis económica mundial se ha situado cual espada de Damocles sobre las cabezas de la práctica totalidad de los habitantes del primer mundo, copando noticias, argumentaciones políticas y análisis de toda índole.

Afortunadamente, siempre podemos contar con este pequeño rincón que es el noveno arte para, durante el tiempo que dura la lectura de un cómic, sentir como los problemas que nos acucian en nuestro día a día se evaporan.

En este nuestro mundillo, 2010 se ha caracterizado por la ingente cantidad de reediciones que las diferentes editoriales han ido publicando, así como por ser el año en el que un título tan mítico como el Cerebus de Dave Sim vio por fin la luz en castellano.Pero eso no ha sido todo, así que, sin más, comencemos nuestro repaso por lo mejor que este año que acaba mañana nos ha dejado.

Superhéroes yanquisNo ha sido un buen año para el mundo de los superhéroes, sobre todo si tenemos que fijarnos en lo que a DC respecta.

Enzarzada en el macro crossover que ha sido La noche oscura (y que Planeta ha ido editando en formato grapa mes tras mes), la otrora grande editorial parece haber perdido el rumbo a la hora de dar con ideas sólidas con las que mantener a los lectores de siempre que, hastiados de tanto mega evento, han comenzado a mirar hacia otros pastos, dejando de lado a Superman (del que lo único interesante que se ha editado es una miniserie llamada Secret origin que suponemos verá la luz aquí durante 2011), Batman (perdido no se sabe muy bien dónde) o el resto de héroes del panteón decero.

Afortunadamente, no ha sido así en La Casa de las Ideas, ya que Asedio (que Panini publica actualmente), el inevitable cruce de series anual de Marvel, sí que ha cubierto expectativas, dejándonos una lectura tremendamente amena, con grandes momentos y un final que en Estados Unidos ha servido para devolver a la luz a los superhéroes de la editorial.

Pero eso no ha sido lo único que los aficionados a los cómics mainstream hemos podido disfrutar de mano de Panini, ya que 2010 ha visto cómo se editaba (por fin), en toda su gloria, esa obra maestra que es el Estela Plateada (Panini, cartoné 544 pág., 39,95 euros) de Stan Lee y John Buscema, un volumen de cabecera para todo amante del cómic de superhéroes bien hecho.

Al igual que Kick-ass (Panini, cartoné 224 pág., 19,95 euros), la irreverente obra de Millar y Romita Jr. adaptada al cine por Matthew Vaughn.

Como no sólo de superhéroes vive el aficionado, del otro lado del charco nos han llegado otras muchas propuestas capaces de saciar al paladar más exigente. Ahí están para demostrarlo ese Asterios Polyp (Sins entido, cartoné 344 pag, 30 euros), un fascinante ejercicio compositivo y narrativo por parte del recuperado David Mazzuchelli; o la ansiada edición en castellano del Cerebus de Dave Sim (Ponent mon, cartoné 516 pág., 30 euros) título fundamental para entender la trayectoria del cómic independiente en Estados Unidos.

También en ese carácter independiente encontramos la magnífica Echo (Norma, rústica 224 pág., 16 euros), el nuevo título de Terry Moore, autor de Strangers in paradise; así como la magistral adaptación que de la obra de Richard Stark ha hecho Darwyn Cooke en Parker, el cazador (Astiberri, cartoné 142 pág., 18 euros).

Y si en lo que se refiere a superhéroes DC no tiene mucho que decir, no se puede afirmar lo mismo con lo que nos estamos encontrando en su sello Vertigo, con Scalped (Planeta DeAgostini, tomos rústica de 144 pág., 12,95 euros) un thriller policíaco ejemplar situado en una reserva india como ejemplo de un cómic afinado a la perfección.

Aunque todo ello queda en cierto modo empañado por el mejor título que ahora mismo se edita en tierras yanquis, esos Muertos vivientes (Planeta DeAgostini, tomos rústica de 136 páginas, 7,50 euros) con los que Robert Kirkman sigue impartiendo lecciones de excelencia.

Lo que vino de orienteAunque la cantidad de títulos que se editan en nuestro país de manga podría indicar lo contrario, no hay mucho que destacar en unos cómics llamados a ser de rápido consumo.

Pero, como en todo, hay honrosas excepciones que este año han quedado ejemplificadas en los dos títulos de ese enorme mangaka que es Jiro Taniguchi: El gourmet solitario (Astiberri, rústica 200 pág., 18 euros) y Sky hawk (Ponent mon, rústica 288 pág., 17 euros); o en Pluto (Planeta DeAgostini, ocho volúmenes rústica, 7,95 euros c/u), la obra maestra indiscutible de Naoki Urusawa basada en el Astroboy de Tezuka y ese descubrimiento que han sido los títulos de terror de Hideshi Shino, ejemplificados de forma soberbia en Circo de monstruos (La Cúpula, rústica 228 pág., 10,95 euros).

Con propuestas que siguen siendo la gran alternativa para aquellos a los que les cansen los superhéroes o el manga, el cómic europeo nos ha traído este 2010 muchas y muy excelsas sorpresas de la mano de autores tan consagrados como Ralf König, que continúa con su magnífica trilogía religiosa en Arquetipo (La Cúpula, cartoné 152 pág., 20 euros).

Etienne Davodeau, que este año venía con Lulú, mujer desnuda (La Cúpula, dos tomos cartoné 88 pág., 20 euros c/u), un fascinante relato sobre la liberación de una madura mujer; Posy Simmonds, de nuevo con una mezcla asombrosa entre literatura y cómic con Gemma Bovery (Sins entido, cartoné 112 pág., 20 euros); Frederik Peeters, que con su Paquidermo (Astiberri, cartoné 88 pag, 19 euros) daba lecciones de cómo mezclar psicoanálisis y thriller en un tebeo genial o Thomas Ott que, sin palabras, nos dejaba anonadados (de nuevo) en esa recopilación fundamental que es R.I.P (La Cúpula, cartoné 196 pag, 22 euros).

A todos ellos hay que añadir uno de los títulos más apasionantes que hemos podido leer este año, El negocio de los negocios (Astiberri, dos tomos cartoné 216 pág. y 19 euros c/u), análisis sin cortapisas sobre la corrupción en las altas esferas del poder político y económico.

lComo ya pasara en 2009, este año ha sido prolijo en títulos, encontrando variedad y calidad en muchísimos de los tebeos firmados por autores de nuestra piel de toro.

Y es que en 2010 ha habido muchísimo donde elegir: desde el tebeo autobiográfico representado por el fresco, sincero y estupendo Alicia en un mundo real (Norma, cartoné 142 pág., 18 euros) en el que sus autoras hablan sin recelos del cáncer de mama y sus consecuencias; hasta ese terrorífico Velo (Dib-buks, cartoné 104 pág., 16 euros) con el que El Torres y Gabriel Hernández nos metían miedo en el cuerpo; pasando por las nuevas entregas de la magistral Blacksad (Norma, cartoné 56 pág., 15 euros) con unos Canales y Guarnido en plena forma; la excelente Jazz Maynard (Diábolo, cartoné 48 pág., 15,95 euros) que cerraba arco argumental, o esa mayúscula sorpresa que ha sido Ken Games (Diábolo, cartoné 54 pag, 15,95 euros).

Títulos todos a los que se une el magistral trabajo de Paco Roca en ese meláncolico homenaje que con El invierno del dibujante (Astiberri, cartoné 128 pág., 16 euros) rinde a toda una generación de artistas españoles, la de Bruguera.

No queda espacio para más. Que ustedes tengan una buena entrada de año y si es posible, que el cómic siga formando una parte importante de sus vidas en estos 365 que quedan por inaugurar.‘NUFF SAID!!!

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