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Los arquitectos critican las obras de vanguardia y piden clasicismo

El órgano consultivo del Colegio tilda las setas de «naves extraterrestres»

el 21 feb 2011 / 20:09 h.

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Una de las setas de la Encarnación, con una nueva ordenación del tráfico.

La rueda de prensa en la que el decano del Colegio oficial de Arquitectos de Sevilla (COAS), Ángel Díaz del Río, sólo se atrevió a calificar la torre Pelli como "contundente" es ya de la prehistoria. Ahora los miembros del nuevo consejo consultivo del COAS aseguran que el rascacielos de Cajasol obedece a un modelo que sólo conduce "a la ruina" o que los parasoles del proyecto de la Encarnación son como "naves extraterrestres".


Después de que el Colegio arremetiera contra la Gerencia de Urbanismo por rebajar sus exigencias de visados (lo que supondrá una merma de ingresos para los colegios profesionales), ayer presentó su nuevo consejo consultivo, que cuestionó de entrada la arquitectura que se está levantando en la ciudad. Este órgano asesor, integrado por Rafael Manzano, Fernando Mendoza (de la plataforma Túmbala contra la torre Pelli), Antonio Sáseta, Gabriel Verd y José Antonio Carbajal abogó por abrir un debate sobre el concepto de modernidad y propuso la celebración de unas jornadas de reflexión sobre los grandes proyectos.


No obstante, partieron de opiniones todas ellas conservacionistas. A juicio de Fernando Mendoza, con proyectos como el Metropol Parasol, la torre de César Pelli o la biblioteca del Prado de Zaha Zadid "se ha optado por la confrontación, y no por la colaboración con la ciudad histórica". El autor de la restauración de la iglesia del Salvador añadió que "es un error apostar por lo impactante porque sí. Hay que optar por lo bueno". Mendoza añadió que algunas de estas obras no se ajustan a la legalidad porque van contra el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), si bien sólo la biblioteca del Prado está parada cautelarmente por los tribunales.


Gabriel Verd consideró que las setas de la Encarnación "son como naves extraterrestres que aterrizan en una ciudad que tiene una arquitectura y un diseño urbanístico únicos, y que es lo que la hace atractiva". Mientras que, en la misma línea, Rafael Manzano -conservador durante muchos años del Real Alcázar- defendió "la vuelta a un cierto clasicismo". Según Antonio Sáseta, proyectos como el rascacielos "representan un modelo que sólo busca hacer negocio y que en realidad nos conduce a la ruina".


El decano abogó por recuperar "la sensatez" y coincidió con los conservacionistas en que Sevilla "no necesita iconos, porque ya los tiene". "Bilbao o Valencia sí que podían necesitar nuevos hitos arquitectónicos, pero en ningún caso Sevilla", sentenció.

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