La situación en Lora del Río se normalizaba ayer dentro de la anormalidad, no obstante los vecinos continúan viviendo una pesadilla a la que algunos no ven el final. El alcalde, Francisco Javier Reinoso (PSOE), afirmaba ayer que "cuatro o cinco pantanos que están por encima de nuestro término están desembalsando, por lo que los niveles bajan muy poco a poco" y las 155 viviendas desalojadas seguían así ayer. En previsión de que los desembalses puedan hacer recrecer el nivel del Guadalquivir, aconsejó a los vecinos que no comenzaran las labores de limpieza ni quitaran las protecciones de sus puertas al menos hasta mañana sábado.
El Ayuntamiento loreño ya ha hecho también sus cuentas y estimó ayer que los daños materiales y desperfectos causados por las fuertes lluvias tienen un valor muy similar a los sufridos el pasado febrero, que entonces fueron cuantificados en unos seis millones de euros.
Una de la zonas que siempre se inunda es la Alameda del Río y allí tiene su vivienda Ildefonso, que cuenta cómo el agua en su casa ya alcanza los 1,50 metros de altura y por supuesto no puede olvidar lo ocurrido en febrero: "Todavía no nos hemos recuperado desde las últimas inundaciones y ahora nos viene otra". Este vecino arremete contra las autoridades: "Se están riendo de nosotros, ya en 1996 nos prometieron hacer el muro de contención, han pasado 14 años y en la zona no han hecho nada. En febrero nos dijeron que estaba el muro en proyecto, y lo único que sé es que de nuevo tengo el agua en mi casa". La solidaridad de los vecinos ha permitido que Ildefonso y su familia residan en una casa, "nos la han dejado, pero con la particularidad que no tiene ni luz ni agua, si no estaríamos en la calle". Por último manifestó que "cuando llueva volveremos a inundarnos, y es que mientras estén cerradas las presas de Alcalá del Río y Cantillana nos seguiremos inundando para que así Sevilla no se inunde".
José, propietario de una de las 17 viviendas de residencial Virgen de Setefilla, relata que todo se precipitó "en cuestión de horas y sin previo aviso". José y su familia actuaron rápidamente "al igual que el año pasado", y afirma que ahora son muchas las personalidades que vienen a Lora para estar con los afectados, "pero cuando desciende el nivel de agua nadie viene para quitar el barro y ayudarnos a limpiar. El año pasado nos prometieron que vendrían, pero aquí no ha venido nadie más".
