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Los dueños del mercado de la Encarnación no descartan hacer pisos

La familia propietaria estudiará la venta del solar junto al Metropol Parasol

el 25 oct 2010 / 18:32 h.

Después de 37 años, el solar de la plaza de abastos de la Encarnación, la que debió ser provisional, volverá a sus dueños, la familia Armero. Sus inquilinos, los placeros, abandonarán esas instalaciones en unos meses para trasladarse debajo de las setas del Metropol Parasol. Así que esos casi 2.000 metros cuadrados junto a la calle Regina saldrán al mercado inmobiliario y se venderán, posiblemente, al mejor postor. Según reza en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), el suelo es residencial, por eso, en un futuro, el mercado provisional podría albergar viviendas.

 

Así lo dice claramente el mapa del sector 12-13 en la ordenación pormenorizada completa del Plan aprobado en junio de 2006. "El suelo es privado residencial, pero al ser un mercado desde hace tanto tiempo muchos se creen que el solar es público. De ahí viene la confusión", aseguró a esta redacción José Joaquín Silva, hijo de Matilde Armero, una de las propietarias del terreno. Desde Urbanismo, por su parte, también confirmaron que el suelo es privado residencial.

Según Silva, la familia no descarta que en un futuro se levanten viviendas en este terreno, que con la finalización del proyecto de la Encarnación diseñado por el alemán Jürgen Mayer se revalorizará considerablemente.

De hecho, el Consistorio pretende que las setas sean un nuevo foco de atracción turística y comercial que revitalice la zona norte del Casco Antiguo. No obstante, la familia Armero tampoco descarta otros usos al margen del residencial.

"Desde el punto de vista urbanístico, el suelo es para viviendas, pero no suele haber problemas para que este tipo de terreno se destine a otras cosas", apuntó Silva, en alusión a que si la familia decide vender o alquilar el terreno para usos terciarios, como para la apertura de un hotel, no esperan que el Ayuntamiento les ponga obstáculos.
Y es que, según comentó Silva, la relación de la familia con el Consistorio es más que buena porque durante estos 37 últimos años se les "facilitó" el arrendamiento del mercado, que debió ser provisional.

"Hace mucho tiempo que se podía haber desahuciado a los placeros, pero por la buena voluntad de la familia se ha ido renovando el contrato mes a mes. Ni siquiera se subió el IPC durante un montón de años y el contrato no era de renta antigua, ya que al ser un solar no está sujeto a la ley de arrendamiento urbano", explica el hijo de Matilde, quien también apuntó que el Ayuntamiento nunca fue un buen pagador. De hecho, "desde el principio de año -indicó- está retrasado en el pago".

Con todo, la familia aún no tiene claro a qué destinará los casi 2.000 metros cuadrados de la actual plaza de abastos.

Según Silva, en primer lugar, la familia se tiene que reunir, lo que necesitará un escenario bastante grande. Sólo una de las dos ramas familiares está formada por diez hermanos. La decisión final requerirá de un amplio consenso.
En dicha reunión decidirán, ante todo, la forma de gestionar el solar. No en vano, podrían contratar a un administrador para que busque la mejor salida. Su labor, en todo caso, sería la de analizar el mercado inmobiliario para decidir qué operación o negocio es más rentable para los propietarios. Además, la familia consultará al Ayuntamiento por si tiene alguna propuesta.

En el caso de que los Armero finalmente decidan destinarlo a hotel, oficinas o comercios -actividades terciarias- porque reciban una buena oferta, tendrían que negociarlo con el Consistorio, puesto que el PGOU pinta de salmón el terreno, el color destinado a viviendas. "No descartamos que se destine a pisos, puede ser una posibilidad, pero aún no está definido", apostilló Silva, quien aclaró que la familia tomará una decisión cuando el solar vuelva a estar vacío, para lo que no tienen fecha todavía.

Lo que sí está más claro es que cuando los placeros abandonen definitivamente la plaza de abastos, la actual estructura metálica que da cobijo al mercado tendrá que ser desmontada.

Un alquiler de 62.000 euros anuales

Los placeros sólo pagarán 350 euros, la mitad del dinero que les reclamó Sacyr como cuota mensual por todos los servicios de vigilancia, conservación y mantenimiento de las nuevas instalaciones, de forma que su situación económica sea similar a la de cualquier otra plaza de abastos. Para que esto sea posible, el Ayuntamiento deberá abonar una parte del dinero requerido por la empresa y usará los 62.000 euros que anualmente paga a la familia Armero en concepto de alquiler por las instalaciones provisionales del mercado de abastos.


Costes extras del proyecto de la ‘setas'

Además, el Ayuntamiento tuvo que poner los 178.000 euros que se han pagado a los titulares de licencias de puestos que no tenían cabida en las nuevas instalaciones y cuyas plazas fueron rescatadas por el Consistorio.

Un fin de año lleno de estrenos

Con el acuerdo entre Sacyr y los comerciantes se pone fin a la precaria situación de los 39 placeros después de años de retraso y numerosas fechas incumplidas, las últimas las de diciembre de 2009 y la del primer semestre de 2010. Se prevé que los placeros estrenen sus puestos en la campaña de Navidad y que la obra del Metropol Parasol acabe el 31 de diciembre -con tres años de retraso- para que todo esté en servicio en el primer trimestre de 2011.

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