La Comisión Onubense de Flujos Migrarorios decidió ayer que esta temporada de fresa y frambuesa se van a limitar al máximo los tradicionales cupos de inmigrantes contratados en origen para la recogida y que luego regresaban a su país. Según confirmó ayer Manuel Bago, subdelegado del Gobierno en Huelva, Marruecos sólo va a constituir una "reserva" de donde vendrán los trabajadores que sean necesarios para que la campaña se desarrolle con normalidad. "Los locales que quieran trabajar lo harán y los que vengan sin papeles o sin un contrato de trabajo no podrán", resumió Bago.
La fresa necesita unas 45.000 personas y actualmente la bolsa de parados del sector agrario en Huelva asciende ya a unas 21.000 personas, a lo que se suman los trabajadores ocasionales y los nuevos demandantes de empleo que querrán sumarse al campo este año. De ahí que haya poco margen para los extranjeros; además, las prioridades este año es que lleguen unos 11.000 trabajadores de los países del Este incorporados a la UE, lo que facilitaría y abarataría los costes. En la primera fase de plantación sólo han venido 500 marroquíes (cinco veces menos que de ordinario). La embajada se ha comprometido a dar visados rápidos si surgen oportunidades.
Además, en Palma del Río (Córdoba) unos 30 inmigrantes duermen en coches mientras encuentran trabajo en el campo.