Rafael Álvarez es uno de los propietarios de esas viviendas que fueron entregadas en junio de 2009, y "tienen la correspondiente licencia de ocupación a pesar de contar con un gravísimo problema de electrificación que imposibilita su habitabilidad en condiciones de normalidad".
Explica que cuando los propietarios comenzaron a detectar los importantes problemas, descubrieron que éstas habían sido construidas con 5750W en trifásico a 380V, cuando la previsión de potencia debería de ser de, como mínimo y según el reglamento de baja tensión, 5750W pero a 230V en monofásico. "Traducido a la práctica, ello supone constantes saltos de los contadores individuales", indicó.
Sólo unos pocos vecinos habitan en la actualidad las viviendas debido a los problemas. Tras las insistentes quejas de los propietarios la promotora de las viviendas, la empresa Ruvari, se comprometió meses atrás a realizar un nuevo proyecto de electrificación que subsanara el defecto, pero siguen a la espera.