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Los funcionarios se enfrentan a seis años de suspensión por la fuga de los presos

Prisiones califica de falta "muy grave" la desidia en la vigilancia que permitió que El Rafi y Mohamed Larbi huyeran de la cárcel de Sevilla.

el 23 mar 2010 / 13:26 h.

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La fuga de dos presos de la cárcel de Sevilla en febrero va a enfrentar a los dos funcionarios de prisiones que esa noche custodiaban la galería a una sanción que podría alcanzar los seis años de suspensión de empleo y sueldo. Es la pena máxima para una falta "muy grave", como ha calificado los hechos Instituciones Penitenciarias, según informaron a Europa Press fuentes de este área, ascrita al Ministerio del Interior.

Para el jefe de servicio que estaba de turno esa noche la sanción ha sido considerada "grave", por lo que podría ser sancionado con hasta seis meses de suspensión. Por estos hechos ya fue cesado el subdirector de Seguridad de la prisión.

Instituciones Penitenciarias comunicó el lunes por la noche la propuesta de sanción a los tres funcionarios, que ahora tienen diez días para presentar las alegaciones que consideren oportunas, si bien Prisiones insistió ayer en que el procedimiento "aún no ha concluido" y lo enviado es sólo la propuesta inicial de sanción.

Las comunicaciones enviadas a los funcionarios, breves y concisas, les atribuyen una dejadez y un descuido en el ejercicio de sus obligaciones que habría propiciado la fuga del peligroso interno Rafael Hidalgo, El Rafi, pendiente de juicio por matar a un hombre; y Mohamed Larbi, ladrón habitual con varios robos con intimidación también pendientes de juicio.

Ambos lograron a primera hora de la madrugada hacer un agujero en su celda, huir por la galería, saltar a un tejado y de ahí al exterior de la prisión sin que ningún vigilante se diera cuenta y sin que saltaran las alarmas. La Guardia Civil, que controla el perímetro, tampoco detectó la escapada. Nadie vio ni notó nada raro, y la evasión no se conoció hasta que en el recuento habitual de los presos de las ocho de la mañana se detectó que faltaban dos internos. Ambos fueron detenidos 21 días después en Lleida, donde la Policía Nacional los localizó en un piso de una prima del Rafi.

El informe que realizaron los inspectores enviados por Prisiones a Sevilla dejó claro que la fuga sólo fue posible gracias a un cúmulo de errores humanos y materiales, ya que los presos realizaron un periplo por el interior de la cárcel que tendría que haber sido detectado. Según esta evaluación, incluso en los errores de los sistemas técnicos de vigilancia parte de la responsabilidad fue de los funcionarios, que no controlaron su funcionamiento, como deberían haber hecho, por eso se abrieron estos expedientes y se cesó al subdirector.

"Desproporcionado". Los sindicatos lo ven justo al contrario: creen que es la falta de medios lo que propició la huida, y recuerdan que en el interior de la prisión no hay cámaras de seguridad, atribuyen a un mal funcionamiento que las exteriores estuvieran apagadas y dicen que, con la lluvia de esa noche cayendo sobre las uralitas de la cárcel, era imposible escuchar el ruido que hicierno los presos en su huida.

Por ello, fuentes del área de prisiones de Acaip y CCOO, a las que están afiliados los dos funcionarios responsables del control de la galería, calificaron las sanciones de "desproporcionadas", dijeron estar asombrados por su dureza y confiaron en que la petición de sanción se reduzca.

Las rondas no sirvieron y la alarma estaba apagada. La madrugada de la fuga, los funcionarios no hicieron rondas por las galerías, o al menos no las hicieron bien, ya que durante ocho horas nadie se percató de que los internos no estaban en su celda. Allí sólo quedó, arrinconado, el somier al que le quitaron una pata para forzar las ventanas. Otros presos oyeron el ruido que hicieron al golpear paredes y ventanas para salir, pero los vigilantes no. La fuga fue entre medianoche y la una, pero no se detectó hasta las ocho de la mañana.

Tampoco sonó la alarma cuando los presos saltaron el muro, porque estaba desconectada. Los sindicatos aseguran que se apaga sola porque el sistema falla. Otras fuentes penitenciaras dicen que en noches de temporal, como la de la fuga, los trabajadores la desconectan para no tener que acudir a falsas alarmas. Prisiones recuerda que, en todo caso, los funcionarios debieron controlar si funcionaba varias veces durante la noche y no lo hicieron. El proceso abierto debe aclarar lo ocurrido antes de hacer firmes las posibles sanciones.


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