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Los fundadores de Herba ‘disputan’ a los Benjumea el liderazgo en bolsa

La participación de la familia Benjumea en Abengoa cae en unos 160 millones en un año tras vender varias filiales. Por el contrario, la pujanza de Ebro Foods eleva en 84 millones el patrimonio bursátil de los Hernández Barrera.

el 06 ago 2013 / 23:45 h.

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  Apesar de la recuperación de la bolsa española –del 21 por ciento en un año en su principal índice, el Íbex 35–, ha sido desigual la evolución para los principales patrimonios bursátiles de Sevilla, según se extrae al cotejar los datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.  Tres son las grandes cotizadas que determinan tales fortunas: Abengoa, Ebro Foods y, en menor medida, Inmobiliaria del Sur. Javier y Felipe Benjumea. Javier y Felipe Benjumea. La familia Benjumea, que canaliza su participación en Abengoa a través de sus sociedades Inversión  Corporativa IC y Finarpisa y también con porciones individuales de varios de los integrantes del clan, ha aumentado su presencia accionarial en esta compañía de ingeniería aplicada y energía, que es, además, la principal cotizada con sede en Sevilla y la multinacional andaluza por excelencia. Debido a las diversas operaciones emprendidas a lo largo del último año, tanto por venta de filiales como por reducciones del capital social, y también por la existencia de dos tipos de acciones (A y B, dependiendo del número de derechos de voto), resulta complicado calcular la evolución de la fortuna de los Benjumea en el parqué. En concreto, controlan el 60,167 por ciento de Abengoa, porcentaje que supera en diez puntos el que ostentaban hace ahora dos años. Tenniendo en cuenta la cotización de ayer en la Bolsa de Madrid de cada una de las dos modalidades de títulos, el valor conjunto de la participación asciende a 462 millones. El portal Invertia, especializado en información bursátil, realiza una estimación de la caída anual de la cotización de la compañía que preside Felipe Benjumea, y habla del 18 por ciento para las acciones de clase A y del 25 por ciento para las tipo B. Por tanto, en un año la participación de la familia se habría devaluado en torno a 160 millones de euros, si bien siempre teniendo en cuenta la reducción del capital social y el adelgazamiento acometido en el grupo –venta de la filial medioambiental Befesa y de la tecnológica Telvent– para concentrarse en las actividades de ingeniería y energía solar. Otro de los grandes clanes empresariales de Sevilla es la familia Hernández Barrera, fundadora de Herba, cuya sede social se ubica en el municipio de San Juan de Aznalfarache y es la mayor arrocera del mundo. A través de las sociedades Instituto Hispánico del Arroz e Hispafoods Invest, tiene un 15,879 por ciento del grupo agroalimentario Ebro Foods. Antonio Hernández Callejas. Antonio Hernández Callejas. Ese porcentaje valía al cierre de la jornada bursátil de ayer 403,37 millones de euros, 84,41 millones más que hace justo un año. Este incremento es todo un espaldarazo a la gestión de quien ejerce la presidencia de la compañía, el sevillano Antonio Hernández Callejas, que ha imprimido un auténtico vuelco a la empresa después de vender los negocios del azúcar –que fue germen del grupo– y de la leche –lácteos Puleva– para centrarse en el arroz, donde es líder mundial, y la pasta, número dos también a nivel internacional. El mérito es todavía mayor al constatar la larga crisis económica en España, que ha esquivado con una siempre creciente internacionalización de la compañía –exportaciones y presencia con fábricas y marcas en medio centenar de países–. La acción de Inmobiliaria del Sur se situó ayer en 3,7 euros. Este precio implica que el paquete de la familia Pumar, del 24,19 por ciento entre distintas sociedades y miembros, tenga un valor de mercado de 15,19 millones, 3 millones menos que a 6 de agosto del año pasado. Ricardo Pumar. Ricardo Pumar. La capitalización bursátil de la inmobiliaria, en cuyo accionariado se encuentran otras grandes familias empresariales de Sevilla y muy fieles a la empresa que preside Ricardo Pumar, es ahora de poco más de 60 millones de euros, nada que ver con los mil millones que llegó a superar en 2007, cuando todavía el boom del ladrillo protagonizaba el brillo de la bolsa. De hecho, entre sus accionistas están Juan Fernández Carbobell, con el 1,15 por ciento, Alfonso Galnares Ysern, con un 1,097 por ciento, y la familia Jiménez-Planas, con el 5,091 por ciento. El valor del paquete de esta última, por ser el más grande entre los minoritarios, vale 3,19 millones, frente a los 3,8 de un año atrás. En los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en los que sólo se recogen las participaciones significativas –superiores al 3 por ciento– y las de directivos y miembros del consejo de administración de las cotizadas, también destaca la familia Solís Martínez Campos, propietaria del palacio de la céntrica calle Cuna y cuyos negocios van desde la agricultura hasta la producción audiovisual. Se encuentra, por ejemplo, en el accionariado de Abengoa (con el 0,1 por ciento del capital social, aunque el hecho de que ya no figure en el consejo de administración de Grupo Banco Popular dificulta conocer su participación en una entidad financiera con la que mantiene vínculos desde que ejercía la presidencia del antiguo Banco de Andalucía.

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