Los giraldillos y su cantera de tradición en Carmona

La cabalgata de Carmona exhibe candidatura para ser fiesta de Interés Turístico Nacional.

el 06 ene 2015 / 18:19 h.

Reyes Carmona Sus ojos grandes y humedecidos denotaban el nerviosismo que la noche mágica evoca. Mateo tiene 3 años, y ha sido su primera cabalgata fuera de los brazos de su madre, agachado para recoger caramelos, luchando como un titán ante gigantes que le sacan 10 cabezas. Las anteriores no las recuerda bien por su corta edad pero esta lleva días soñando con el tazón de agua de los Reyes vacío al llegar a casa. Con cara de asombro por la cantidad de juguetes q?ue arrojaban, comenta que su rey es Melchor por «la barba blanca y ser más guapo». Su hermano, Sabas, de 6 años y un expediente académico impoluto, estaba deseando abrir su primera tanda de regalos. Gaspar es su favorito, y este año en Carmona, venía acompañado en su séquito por Antonio Pedro Serrano, El Canijo, consagrado chirigotero del Carnaval de Cádiz. En la familia de Sabas y Mateo, como la de muchos carmonenses, la tradición es congregarse en casa de algún familiar por donde la extensa cabalgata pase y, tras la última carroza, correr hacia la misma para abrir los regalos. Entre tanta familia, también había algún forastero, como Elena, que viene desde Mairena del Alcor para ver «esta obra de arte en la calle». De nuevo, la labor de los giraldillos, bajo la batuta de Fernando Fernández Goncer, artista local y director artístico de la cabalgata, fue impecable. Un año más, y ya van casi 60, el cortejo se supera, con una nueva carroza a modo de cuádriga romana y la carroza de la Estrella de la Ilusión, con una profunda renovación en explosión de olas con delfines que enaltecían la figura de Pilar Caballos. Rocío Llamas encarnó, al ser la mayor, a la reina. El sueño de ser Estrella y Reina es anhelado por miles de jóvenes. «Ojalá en mi época pudiera haber optado», dijo Josefa, que roza los 70 años. Ilusión desprendían los miembros de la Peña La Giraldilla, organizadora de un cortejo de más de 2.000 personas. Algunos, ataviados de beduinos, admitían que soñaban con el día en que la Junta nombre «de una vez por todas» a la cabalgata de Carmona –que lleva desde 1956 celebrándose–, Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía.

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