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Los grupos aceptan el pacto de Estado pero con escepticismo

CiU, PNV, IU y ERC tienden la mano pero piden más hechos y menos palabras. A Rajoy, la llamada de La Moncloa le importa poco.

el 17 feb 2010 / 21:05 h.

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Sebastián, Salgado y Blanco trabajarán por el pacto de Estado.

Los portavoces de todos los grupos parlamentarios -especialmente el Partido Popular- fueron ayer duros con la política económica del presidente del Gobierno. Pero todos -menos el PP- mostraron una mínima disposición a la búsqueda del consenso para llegar a un gran pacto de Estado contra la crisis económica.

El portavoz de CiU y promotor de ese gran acuerdo, Josep Antoni Durán i Lleida, recriminó a Zapatero su falta de liderazgo y valentía. Sostuvo que las palabras "son ya innecesarias" y es el momento de que el Ejecutivo concrete sus propuestas.

Animó al jefe del Ejecutivo a liderar el pacto de Estado contra la crisis aunque dejó claro que "CiU no quiere ser muleta absolutamente de nadie, sino palanca del crecimiento y del progreso de este país". Pese a todo, opinó que "hay que darle margen de confianza" al Gobierno.

De hecho, Durán protagonizó la primera acción de la comisión contra la crisis impulsada por Zapatero, al reunirse durante el pleno con la vicepresidenta económica, Elena Salgado.

Especialmente duro fue Josu Erkoreka, portavoz del PNV, quien urgió al presidente del Gobierno a acometer reformas estructurales "duras e impopulares" destinadas a impedir que el riesgo de quiebra de Grecia se traslade a España. Reprochó a Zapatero que despreciara las recomendaciones desde el mundo académico y las instituciones financieras que advertían de la necesidad de reformas y le aseguró que "ni Europa" se fía de él. No obstante, Erkoreka se mostró dispuesto a acudir al diálogo propuesto por el Gobierno "sin criterios apriorísticos".

Desde ERC, Joan Ridao tendió la mano a Zapatero pero le pidió "gestos" (como la reducción de altos cargos), y volvió a su metáfora de un "gran cocodrilo político", con una boca enorme para hacer discursos y unas orejas pequeñas para no escuchar. Gaspar Llamazares, en nombre de IU e ICV, mostró asimismo su voluntad de acuerdo, pero solicitó retirar medidas como el aplazamiento de la edad de jubilación y pidió que se rectifique el rumbo del Ejecutivo hacia la izquierda.

Tras el debate de ayer, Zapatero se mostró "contento" porque vio a los grupos dispuestos a acercarse. Ante el desmarque de los populares, la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, pidió al Partido Popular que, si no quiere sentarse a negociar, "al menos que no estorbe", no ponga "palos en las ruedas" ni distraiga el debate económico.

Mientras, Rajoy simplemente se limitó a decir que irá a La Moncloa si el presidente le llama, pero que esa llamada "le importa poco".

Las tareas pendientes. La comisión integrada por Miguel Sebastián, Elena Salgado y José Blanco, llamada a buscar el consenso con el resto de los grupos, deberá afrontar cuatro retos: adoptar medidas para mejorar la competitividad de la economía y fomentar la creación de empleo; impulsar una política industrial que lleve a la renovación del modelo productivo; cumplir el plan de consolidación fiscal para asegurar la reducción del déficit público y abordar la reforma del sistema financiero (estabilidad, morosidad y acceso al crédito).

"Las reformas no se pueden demorar, no podemos abrir indefinidamente este proceso de diálogo", urgió ayer Zapatero. La puesta en práctica de estas tareas deberá encajar en el horizonte temporal de la tramitación de la Ley de Economía Sostenible.

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