El Consejo de Cofradías renovó, casi un cuarto de siglo después, unos estatutos que aportan como grandes novedades un reparto económico más equitativo entre hermandades Sacramentales y las de Gloria, establece un régimen sancionador e instaura el sistema de listas cerradas en los procesos electorales a la Junta Superior, por lo que se elegirá a todo el equipo en su conjunto. El documento, compuesto por 110 artículos, supone el último legado del expresidente Adolfo Arenas.
Aunque se daba por hecha su aprobación, dado el alto grado de consenso obtenido en los últimos meses de elaboración, quedaba ese refrendo en la asamblea. Hacía falta pasar la horquilla de los 81 votos, es decir, más de dos tercios de los hermanos mayores. Aunque se ausentaron una decena de representantes, el resultado fue de aprobación, con 82 votos a favor, 24 en contra, 5 en blanco y uno nulo. Esa amplia mayoría no evitó que varios hermanos mayores intervinieran para insistir en que se pudieran aceptar sus enmiendas, extremo que no era posible porque el texto se votaba íntegramente.
Los estatutos del Consejo comprenden por primera vez una asignación para las hermandades de Gloria. También se establece un régimen sancionador que no existía, al igual que se adopta la decisión de que la próxima Junta Superior se designe con una candidatura cerrada y no se limite a la elección de los cuatro cargos generales. De esta forma, se evitan situaciones de oposición interna como las que desencadenaron recientemente la dimisión de Arenas.
Por otro lado, se aprobaron los últimos cambios derivados de su renuncia y que estaban a falta de ser validadas: Manuel Nieto asumirá la Vicepresidencia y el delegado de la Madrugada, Carlos López Bravo, será secretario.
