Las víctimas de Josef Fritzl, el padre que secuestró y violó a su hija durante 24 años, se dirigieron ayer por primera vez a la opinión pública mediante un cartel colocado en el centro de la localidad de Amstetten. "Queremos agradecer a todos las muestras de interés por nuestro destino".
Vuestra comprensión nos ayuda mucho a soportar el difícil momento y nos muestra que también hay personas buenas y sinceras", indica la familia en la pancarta, pegada en un escaparate de la plaza principal de Amstetten.
"Esperamos que un día nos sea posible volver a una vida normal", añaden en el cartel, escrito y dibujado a mano por los siete miembros de la familia internados en una clínica para pacientes especiales.
La pancarta contiene dibujos de un corazón al que llega la luz del sol para Kerstin, de 19 años, hija-nieta de Josef Fritzl, que continúa en estado grave internada en el hospital de Amstetten. Además, en unas manos se leen diversos deseos, como "Vivir en paz con niños", "Cura para mi hija", "Protección de la familia" o "Amor de los niños". "Deseo poder vivir en paz con mis hijos, con mucha fuerza y la ayuda de Dios", escribe Elisabeth, de 42 años, que a los 18 fue encerrada por su padre en un zulo construido en el sótano de la vivienda familiar.
Mata a toda su familia. Un hombre de 39 años confesó que había matado en las horas previas a su esposa, a su hija, a sus padres y a su suegro, informó la policía en Viena.
El sospechoso se entregó la madrugada del miércoles a la policía en Viena, tras intentar suicidarse ahorcándose sin éxito, y confesó que había matado con un hacha a su esposa y a su hija, de 7 años, en la casa familiar, en un barrio acomodado de la capital austríaca, según la emisora pública ORF. Los agentes encontraron los cadáveres de la mujer y la niña en el apartamento familiar, mientras que los cuerpos sin vida de los padres fueron hallados en Ansfelden, en Alta Austria, y el de su suegro en Linz.
