Deudas, ejecuciones de hipotecas, impagos, desahucios y embargos están inundando a los juzgados de Primera Instancia de Sevilla desde que comenzara la crisis económica, lo que ha provocado que sólo en este último año los asuntos se hayan disparado un 18%. Según las cifras del Decanato de los juzgados (en las que también se incluyen los asuntos de los órganos de lo Mercantil, también afectados por la crisis) de enero al 15 de noviembre la jurisdicción Civil ha recibido 10.447 casos más que en el mismo periodo de 2008.
"Somos los verdaderos afectados por la crisis", asegura Francisco Berjano, magistrado del Juzgado de Primera Instancia número 11 de Sevilla, ya que es en esta jurisdicción donde desembocan todas las reclamaciones de impagos, desde las pequeñas deudas hasta las hipotecas que se han dejado de pagar. Estos juzgados son también los que se encargan de los embargos y desahucios, que en lo que va de año han aumentado un 31% con respecto a las ya abultadas cifras de 2008 en el que subida fue de un 143%. La consecuencia es que la agenda de juicios se haya visto desbordada y "ya estemos señalando para abril de 2010", aunque en otros el atraso es mayor. Y es que en este juzgado han pasado de llevar 1.500 asuntos a casi 2.300, y aún no ha acabado el año.
La bonanza económica hizo que muchos compraran viviendas ante las buenas condiciones de las hipotecas y, ahora, son muchas las familias que se han quedado en paro y que no pueden afrontar el pago de las mensualidades, lo que está provocando una avalancha de reclamaciones de bancos en los juzgados, a los que no les queda otra que embargar el piso. En diez meses, en los juzgados han entrado 1.322 casos de este tipo, frente a los 997 del año pasado y los 500 de 2007. En dos años los embargos se han duplicado.
Pero éste no es el único tipo de caso que llegan a estos juzgados. "El pleito rey que tenemos ahora es la familia que compró un una casa en 2006 o 2007 y que pretende rescindir el contrato alegando el retraso de la promotora en la entrega", explica Berjano. Muchas familias, al ver que no pueden hacer frente a una vivienda que aún no le han entregado, intentan rescindir el contrato "agarrándose a un clavo ardiendo", pero el problema es que las promotoras saben que no pueden quedarse con un piso colgado porque no lo van a vender", así que ante la falta de acuerdo, el caso acaba en los juzgados. "Antes si una promotora se encontraba un caso de éstos podía acceder porque sabía que el piso lo vendía", añade Bejarano.
Junto a los embargos y los desahucios (1.243 en lo que va de año) la reclamación de pequeñas deudas es otro de los asuntos que más se ha incrementado por la crisis económica. "Nos estamos encontrando muchas demandas de empresas contra empresas", señala el abogado Jesús María Blanco Charlo. Hasta su despacho, especializado en impagos de deudas, llegan muchas reclamaciones de financieras "porque la gente deja de pagar los plazos de algunas compras" o las facturas de luz y teléfono.
Blanco recuerda que la crisis está provocando que una sola empresa genere "numerosos pleitos", porque la falta de liquidez afecta a trabajadores y a los acreedores. De ahí también el alto número de asuntos judiciales.
Pese a este negro panorama, la Consejería de Justicia no incluyó a estos juzgados en su plan de refuerzos por la tarde. "El problema es que seguimos con los mismos medios y con el mismo personal, cuando ya antes de la crisis necesitábamos un aumento de juzgados", asegura Berjano, cuyas palabras fueron respaldadas recientemente por el decano de los jueces, Federico Jiménez Ballester, quien en una comparecencia pública aseguró que Sevilla necesita 20 nuevos juzgados de Primera Instancia, uno de ellos de Familia. "Si sale el trabajo es porque trabajamos a ritmo forzado", añade Berjano.
La crisis enfrenta a abogados con clientes
La crisis no deja indiferente a ningún sector, incluidos los abogados. Ellos son los que defienden los intereses tanto de empresas que no pagan como a las que les adeudan. Hacen el trabajo, pero luego se encuentran con que no les pueden pagar, teniendo incluso que recurrir a los juzgados. "A los clientes de toda la vida no los hemos demandados, porque hay confianza y sabemos que con el tiempo pagarán, alguno incluso lo ha hecho ya, pero con alguno que nunca hemos trabajado hemos tenido que llegar a este extremo", explica Jesús María Blanco Charlo. En su despacho incluso han perdido clientes, "pues son empresas que han cerrado". Ante estas situaciones, en su despacho, como en muchos otros, están optando por cobrar por "adelantado" o, en algunos casos, se permiten el pago en varias veces.
