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Los iraníes determinan la cara de su futuro Parlamento

Alrededor de 43 millones de iraníes están llamados a las urnas para elegir a sus representantes en el que será el octavo Parlamento en la historia de la República Islámica, una cita vista como crucial para el futuro del ala reformista iraní. Los electores tendrán que elegir entre 4.600 candidatos. (Foto: EFE).

el 15 sep 2009 / 01:40 h.

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Alrededor de 43 millones de iraníes están llamados a las urnas para elegir a sus representantes en el que será el octavo Parlamento en la historia de la República Islámica, una cita vista como crucial para el futuro del ala reformista iraní.

Los electores, mayores a 18 años de edad, tendrán que elegir entre 4.600 candidatos a los 290 diputados de la nueva cámara que sustituirá al "Majlis" o Parlamento saliente, dominado en los últimos cuatro años por los conservadores.

Entre los 290 escaños del "Majlis", hay cinco para las comunidades minoritarias, incluidas la judía -unas 20.000 personas-, los cristianos armenios y los caldeos, entre otras más pequeñas.

Los colegios electorales, cuyo número exacto no ha sido revelado, abrirán sus puertas a las 8.00 hora local (4.30 GMT) y la votación durarán doce horas, sin la presencia de observadores extranjeros, rechazados por el Gobierno, al considerar que las elecciones son un "asunto interno".

Las autoridades dicen, sin embargo, que el proceso será supervisado por miles de miembros del poder judicial y de representantes de las formaciones políticas.

El ministerio del Interior ha afirmado, por su parte, que desplegará a alrededor de 90.000 efectivos en todo el país para proteger la seguridad durante las elecciones, entre ellos policías, militares y efectivos del "Basij" (paramilitares voluntarios muy leales al régimen).

La mayoría de los 4.600 aspirantes pertenecen a unas 50 formaciones de distintas tendencias políticas, desde tradicionalistas y ultraconservadores hasta reformistas y moderados.

Dos de estas listas están encabezadas por el presidente del país, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, y por Ali Lariyani, ex negociador en material nuclear y ahora asesor en Asuntos Atómicos del líder supremo, Ali Jamenei, que se opone a la política económica y exterior del primero.

Las otras dos listas son reformistas; una liderada por el ex presidente aperturista Mohamad Jatami, que gobernó desde 1997 hasta la victoria de Ahmadineyad en las presidenciales de 2005, y otra encabezada por el antiguo jefe del Parlamento, el moderado Mahdi Karrubi, ahora opositor a Jatami.

Cada uno de los cuatro grupos -integrados por decenas de formaciones pequeñas-, promete ofrecer programas oportunos para solucionar los problemas económicos del país, incluida la inflación (19 por ciento), el desempleo (10 por ciento) y, concretamente, la incesante subida de los precios de productos básicos y de la vivienda.

La campaña electoral, que comenzó el pasado jueves, terminó hoy sin que haya podido, sin embargo, atraer la atención del ciudadano "de a pie" y el ambiente que se vive en Teherán, una ciudad de unos diez millones de habitantes, no da la impresión de fervor electoral.

En la capital, hay muy pocos carteles electorales, todos de tamaño pequeño y sin imágenes, y sólo en las sedes electorales de las distintas formaciones políticas se puede ver una foto, también pequeña, de su principal dirigente.

Lo que sí se nota con claridad en las principales plazas teheraníes son los grandes retratos del líder supremo y cabeza visible de los conservadores, el ayatolá Ali Jamenei, debajo de las que puede leerse en letras grandes frases que invitan al pueblo a participar de forma masiva en la votación.

Otros carteles con frases similares, de entre un metro y metro y medio, se han colocado en algunas calles y llevan la firma (también en letra pequeña) de algunos grupos políticos, mientras que los diferentes canales de la televisión local difunden entre sus programa avisos para que la gente acuda a las urnas.

Jamenei ha dejado claro en varias ocasiones que "la participación es un deber religioso y nacional", ya que será como un "mensaje a los enemigos" (Occidente) sobre la confianza del pueblo en el Régimen y en los principios de la Revolución Islámica que derrocó a la monarquía del Sha en 1979.

"La ley es el límite entre la verdad y la falsedad", "Elegid a los candidatos que preparan el terreno para la continuación del trabajo del Gobierno" y "Vamos unidos el día 24 de Esfand", (14 de marzo), son algunas de las frases de Jamenei que se pueden leer en varios sitios de Teherán.

Esta frases son interpretadas por algunos comentaristas como un intento de rechazar la idea de que existen divergencias políticas y que hay dos corrientes (reformistas y conservadoras), mientras que otros analistas las ven como un apoyo implícito a los seguidores de Ahmadineyad.

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