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Los jugadores de la Llagostera, rival inédito del Betis, celebraron el ascenso en tractores

Llagostera es un pueblo del Girones de apenas 8.000 habitantes cercano a la Costa Brava y que vive de la agricultura. El equipo ha logrado seis ascensos en nueve años.

el 23 jun 2014 / 12:01 h.

lagostera Los jugadores de la UE Llagostera celebrando el ascenso en un tractor. (Foto: @elmarcadorllr) La UE Llagostera, que el sábado ascendió a Segunda división, es el único equipo de los que formarán la Segunda división la próxima temporada al que el Betis nunca se ha enfrentado. El campo de la UE Llagostera es de césped artificial y no está visado por la LFP para acoger partidos de la Liga Adelante, por lo que posiblemente deba disputar los de local en el Municipal de Girona, compartiendo campo con el equipo de la capital gerundense, que milita en la misma categoría. Llagostera es una pequeña localidad gerundense de la comarca del Girones, con apenas 8.000 habitantes, cercana a la Costa Brava. Es un pueblo eminentemente agrícola y, de hecho, los jugadores celebraron el sábado el ascenso llegando a la Plaza de Catalunya subidos en un tráctor. Con el ascenso del sábado, la UE Llagostera, que preside una mujer –Isabel Tarragó- y donde milita Quique Álvarez, hijo de Quique Costas, jugador del Barça de los setenta, ha logrado nada menos que seis ascensos en las nueve últimas temporadas, pues en la 2004/05 militaba en Segunda Teritorial, la séptima categoría nacional. Los 22 equipos que compondrán la Segunda división la próxima temporada son estos: Real Betis, Osasuna, Valladolid, Barcelona B, Murcia, Sporting de Gijón, Las Palmas, Recreativo,  Alcorcón, Sabadell, Tenerife, Lugo, Numancia, Zaragoza, Ponferradina, Girona, Mallorca, Alavés, Albacete, Racing de Santander, Llagostera y Leganés. UNA TRAYECTORIA MODÉLICA En junio de 2005, el Llagostera, segundo clasificado en Segunda Territorial –la séptima categoría nacional-, logró subir a Primera Territorial. Y sin pausa, en 2006, dio el salto a Preferente Territorial, según un informe que recoge La Vanguardia. En apenas dos años, dejó la categoría, como acostumbra el club, mediante ascenso. Les esperaba la Primera Catalana, donde, gracias a la tercera plaza, se ganaron el derecho a luchar por el ascenso. Y lo ganaron. El Llagostera arrancó la temporada 2009/10 en Tercera División. Terminó el curso octavo. Y con la lección aprendida, en junio de 2011 celebraba el ascenso a Segunda B, tras lograr la segunda plaza en el grupo 5 de la cuarta categoría nacional. En el fútbol semiprofesional, ya en la temporada 2011/12, el equipo de Girona, presidido ya por Isabel Tarragó y dirigido por Oriol Alsina, se quedó a un solo punto de disputar la fase de ascenso. En el grupo ya estaba Óscar Álvarez, central formado en el Barça hermano de Quique Álvarez, de la quinta del mini, e hijo de Quique Álvarez Costas, viejo conocido de la afición azulgrana de los años 70. Un año después, en el curso 2012/13, el sueño del Llagostera parecía desvanecerse. El equipo terminó décimo, la pero clasificación liguera desde que inició su aventura. Parecía que el límite de la aventura de un pequeño club era, de forma casi lógica, la frontera con el fútbol profesional. Pero la UE Llagostera existe –o eso parece- para desafiar a la lógica. Este mismo curso, el club ha sido líder del grupo III de Segunda B, perdió la opción de subir a Segunda en una eliminatoria límite con el Racing, que se decidió con un gol en propia puerta en el minuto 89 del partido de vuelta, y supo rehacerse moralmente para dar el último golpe sobre la mesa. En su estadio, con su –particular- afición, y ante un rival de enjundia: el Nàstic de Tarragona. La siguiente parada es el fútbol profesional. Una Segunda División que, en Llagostera, es la realización de un sueño imposible.          

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