Las agresiones a médicos descendieron durante el año pasado, tras el repunte de casos de 2007. Las 56 agresiones denunciadas en Sevilla en 2008 se sitúan en los niveles de 2005 y 2006. Sin embargo, los episodios son cada vez más violentos por lo que el Colegio de Médicos reclamó ayer que también los insultos y amenazas sean considerados como delitos.
La entidad colegial presentó ayer su informe En defensa de las agresiones a los facultativos (sic). 2004-2008. El documento arroja tres datos contundentes: nueve de cada diez agresiones se producen en los centros de salud y no en los hospitales; casi una de cada tres son físicas (antes lo era apenas el 10%); y sólo el 21% las perpetran personas de colectivos de riesgo (un 11% enfermos psíquicos y otro 10%, toxicómanos).
El motivo de agresión más frecuente está relacionado con el tiempo de espera para ser atendido. Estos casos representan el 58% del total de episodios. Las discordancias en la concesión de la baja laboral suponen un 15% mientras que la prescripción de medicamentos, un 10%.
El informe alerta "del aumento de casos de violencia a los sanitarios" y señala que, "según los estudios, España es el país de Europa con más agresiones en centros sanitarios. Y sólo un 5% de esos casos se denuncia".
Ante esta situación, el presidente del Colegio de Médicos de Sevilla, Carlos González-Vilardell, se mostró rotundo y reclamó, en declaraciones a Europa Press, la "necesidad" de que las agresiones verbales e intimidatorias "y no ya sólo las físicas" sean tipificadas como delito de atentado a una autoridad pública en el ejercicio de sus funciones.
"Creemos que son necesarias leyes más contundentes para que la libertad no la conviertan algunos en libertinaje", reprobó el dirigente colegial, quien aludió a los "buenos resultados" que el endurecimiento de ciertas normativas está provocando entre la población, "como el carnet por puntos que implantó la DGT". Sevilla es la segunda provincia andaluza en agresiones desde 2004 (casi 600 casos), tras Málaga (más de 700).
