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Los milagros caen por su propio peso

Los productos milagro no tienen un beneficio real si no se acompañan de ejercicio y una alimentación equilibrada. De ahí que en plena operación biquini, los farmacéuticos de Sevilla y de Madrid no hayan dudado en señalar el peligro de estos complementos. Foto: Antonio Acedo.

el 15 sep 2009 / 04:43 h.

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Los productos milagro no tienen un beneficio real si no se acompañan de ejercicio y una alimentación equilibrada. De ahí que en plena operación biquini, los farmacéuticos de Sevilla y de Madrid no hayan dudado en señalar el peligro y la falta de efectividad de la mayoría de estos complementos, que ellos mismos venden.

Es más, pueden ocasionar depresiones y serios problemas en el hígado y los riñones, al igual que las dietas que, sin esfuerzo, prometen bajar más de cinco en un mes. Un claro ejemplo de ello llegó hace tres semanas cuando el Ministerio de Sanidad y Consumo informó de que estaba investigando si nueve casos de toxicidad hepática aparecidos entre 2003 y 2007 estaban relacionado con la ingesta de productos dietéticos de la empresa Herbalife.

La semana pasada, la organización de consumidores Facua denunció el fraude de los productos milagro comercializados por Auramail con el nombre de Biokoline, Drenaflash, Puri-ligne, RH6 y Sveltyll.

Juan Romero Candau, vocal de Alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, apunta otra conducta de riesgo: "Hay quien utiliza los diuréticos sin que haya indicación alguna, lo que le puede causar una deshidratación preocupante cuando llegan los golpes de calor".

La culpa, dice, la tiene la publicidad "tan agresiva" que aparece en televisión. "Yo la prohibiría, como ya ocurre con los medicamentos y el alcohol. Hay personas que llegan a la oficina de farmacia tan bombardeadas por lo anuncios que no atienden a los consejos que le das", asevera.

También en defensa del gremio resalta la creación del Centro de Detección de Productos Milagro en 2005. "Viene a recoger las denuncias interpuestas por todos los colegios de España". Así, en octubre del año pasado manejaba más de 60 reclamaciones.

En la misma línea, la institución sevillana ha creado un listado con más de 30 principios activos incluidos en estos complementos. La mayoría son laxantes, diuréticos, plantas medicinales, fibras, estimulantes del sistema nervioso central, vitaminas y aminoácidos como la L-Carnitina. "No quiere decir que todo lo que se vende para ayudar a adelgazar sea malo. Hay que matizarlo y sobre todo, hay que dejarse aconsejar por los profesionales. Por ello, el sitio ideal para adquirirlos es la farmacia y no los supermercados o internet", subraya Romero Candau.

No obstante, el que cada año se facturen unos 2.000 millones de euros en España por dietas y productos milagro deja entrever un negocio que rebasa el ámbito farmacéutico y sanitario. La cifra la ha hecho pública el Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), puesto que mayo es el mes en el que se registra un mayor número de consultas sobre estas prácticas.

Esta institución además alerta de la sospechosa coincidencia del boom de los regímenes sin esfuerzo con el aumento de la obesidad en el país. Sus seguidores potenciales son los jóvenes y las mujeres a partir de los 50 años. Sobre todo, en verano, cuando cuatro de cada cinco españoles usan dietas milagro que no contienen todos los nutrientes necesarios, según han advertido los farmacéuticos.

más control.

Dada esta demanda, el colegio ha pedido una mejor regulación por parte de las autoridades sanitarias. Y es que muchas de las compañías que venden productos fraudulentos suelen cambiar de nombre cuando ya han logrado sus beneficios. "Los laboratorios que ponen a la venta estos productos lo hacen durante dos meses nada más, durante los que no da tiempo a la Administración a retirarlos del mercado y, cuando los retiran, ya han cumplido la campaña, han vendido todo lo que tenían que vender y todo les da igual", asegura Alberto García Romero, presidente del COFM.

Otra de las tretas que se utilizan es catalogar estos productos como enfermedades farmacéuticas publicitarias (EFP u OTC, por sus siglas en inglés) o complementos dietéticos porque de este modo "no necesitan probar su eficacia como los fármacos y a menudo emplean publicidad engañosa para promocionar su venta".

Otro obstáculo, según señala Baltasar Ruiz-Rosso, director de Nutrición y Bromatología de la Universidad Complutense de Madrid, es el sistema de competencias transferidas a las comunidades, ya que llega a "dificultar" la detección de estos productos y ralentiza los avisos al consumidor.

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