“La estación del Prado es necesaria y si se quiere, también rentable”. Con estas contundentes palabras los negocios de dentro y fuera del edificio mostraban ayer su total desacuerdo con el razonamiento dado por el Ayuntamiento de Sevilla para barajar el cierre de este centro de autobuses.
En una nota, el Consistorio explicaba el viernes –y tras denunciarlo públicamente UGT y la oposición– los motivos por los que estudia echar el cierre a este edificio, del que aseguró no se iba a desprender. Entre ellos señaló la pérdida de ingresos municipales y el propio coste de la estación. A lo que los dueños de los comercios han respondido que “no es rentable por una mala gestión del Ayuntamiento”, subrayó Lucía, responsable de uno de los tres quioscos a pie de andén.
Los empresarios aseguran además que “han ido sacando líneas de la estación”, como la de Alcalá de Guadaíra, “que sólo entra el primero y el último bus del día”, el resto para en San Fernando. “Lo tienen medio desmantelado. No quieren que se vean autobuses por aquí para decir que no deja dinero. No entendemos con qué fin”, aseveran, mientras lanzan la siguiente propuesta a las autoridades municipales: “Lo que deben hacer es volver a meter todas las líneas en la estación. Obligar a los autobuses a que pasen, y actualizar el precio de los servicios que pagan muy poco. Entonces sí que sería rentable”, han señalado.
Eso sí, son conscientes del deterioro de las instalaciones, por lo que exigen su reforma. “Está abandonado. Hace falta más limpieza, seguridad y una reforma, pero de ahí a cerrarlo...”, relató Francisco, dueño de los dos bares de la estación. Además, autobuses y taxis suma un inconveniente más al traslado de las líneas a Plaza de Armas: “¿Han pensado en la problemática del tráfico cuando los buses circulen por el puente del V Centenario o el Paseo Colón? Generarán un colapso”, pues explican que la mayoría de los servicios van a pueblos del área metropolitana y las provincias de Cádiz y Málaga. Por su parte, los trabajadores también arremetieron contra el Gobierno local, recordando la naturaleza de la actividad: “El Ayuntamiento no debe olvidar que es un servicio público, independientemente de que genere dinero”, apuntó Javier, uno de los 26 empleados municipales que viven “una incertidumbre constante” al no saber su futuro: “Nadie se ha puesto en contacto con nosotros. Lo que sabemos es por la prensa. Es una situación hermética”, aseveró Esperanza, responsable del punto de información de la estación, en cuyo mostrador se recogen firmas para salvar un edificio propiedad de Tussam y declarado Bien de Interés Cultural (BIC).
