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Los niveles del polen se dispararán esta semana al subir las temperaturas

Los niveles del polen de gramíneas y olivo se dispararán esta semana al estabilizarse la meteorología y subir las temperatura. La continua lluvia ha provocado un retraso en la llegada de la alergia pero será más intensa.

el 02 may 2013 / 09:02 h.

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Ojos rojos, picores de nariz, irritabilidad, estornudos y más estornudos... El buen tiempo ha llegado y con él miles de alérgicos empiezan a notar los primeros síntomas que anuncian lo que les espera durante las próximas semanas. Una sensación que, aunque se repite año tras año, no por eso deja de ser menos fastidioso. Y más este ejercicio. Las intensas lluvias que hemos vivido durante el otoño y el invierno hacen presagiar que la primavera de 2013 será especialmente dura para los que no toleran los pólenes del olivo y las gramíneas, los dos que más afectan a los habitantes de Sevilla. ALERGIA“Las condiciones meteorológicas van a dar lugar a que las plantas tengan este año una floración importante; después, para que sea especialmente fuerte, se tienen que dar las condiciones de temperaturas y horas de sol específicas y estables, lo que parece que va a suceder ya esta semana y a principios de la que viene”, señala el director de la unidad de Alergología del Hospital Virgen Macarena, Pedro Guardia. Así, se espera que después de las lluvias del lunes suban las temperaturas y sol, lo que provocará que haya niveles de polen reactivos, es decir, que hagan mella en la salud de los alérgicos. Una temperatura de entre 20 y 25 grados y el sol fuera son los principales aliados de la alergia en esta época del año. Por tanto, desde hoy mismo. Hasta ayer, esos niveles no se habían alcanzado debido a que el proceso de ha retrasado unas dos semanas debido a la duración de las lluvias y al intenso calor que vivió la capital hispalense en la Feria de Abril. De hecho, el nivel máximo registrado se dio el viernes pasado en el caso de las gramíneas, con 45 granos por metro cúbico de aire, aunque el nivel reactivo no se da hasta alcanzar la cifra de 50. En el del olivo, ese límite se establece en 200 granos por metro cúbico de aire y aún está por debajo de 120. Pero no hay que confiarse. “En el caso del olivo los niveles reactivos se dan de un día para otro, no sucede como con las gramíneas, que es más progresiva”, indica Guardia. El año pasado, en el olivo se llegó a picos de más de 3.000 granos, una cifra que podría dispararse mucho más esta primavera siempre y cuando se den las condiciones básicas para ello. Así, se podría alcanzar la cota de los 5.000, subrayó el director de la unidad de Alergología del Hospital Virgen Macarena. “Tanto en los cipreses como en los plátanos de sombra los niveles han sido mucho más elevados, aunque sin llegar al doble, una proporción que también esperamos para gramíneas y olivo”, señaló. En Sevilla, indicó el especialista, el problema se ve incrementado porque entre el 70% y el 80% de los alérgicos lo son a los dos pólenes, “lo que hace que sea mucho más intenso”. En cuanto a si a la capital puede notar menos la incidencia que las zonas rurales al estar en principio menos expuesta, aseguró que no. “Si hay condiciones de viento, no tiene por qué haber diferencias significativas. Hay zonas donde los niveles son más altos porque hay concentración de cultivos, como la Campiña Sur, pero por el lado positivo está que sus habitantes cada vez tienen una tolerancia mayor”, indicó. Cada vez son más las personas a las que le afecta la alergia, y no solo la relacionada con el polen. “Antes era prácticamente anecdótico diagnosticar a alguien después de cumplir los 50 y sin embargo ahora ocurre con cierta frecuencia”, admitió Guardia. Hay diversas razones que responden a esta circunstancia, como el aumento de la contaminación y los factores de alimentación. En el caso de los más pequeños, la enfermedad suele surgir en la segunda década de la vida en el caso de los pólenes, mientras que los ácaros suelen darse más entre los niños. “A los 12 o 13 años es cuando lo comienzan a notar, aunque ya luego la alergia los acompañan a lo largo de toda su vida”, relató el director de la unidad de Alergología del Hospital Virgen Macarena. En cuanto a qué hacer al sentir los primeros síntomas de alergia, el médico recomienda que los pacientes diagnosticados a los que se les haya puesto un tratamiento comiencen a tomarlo sin más dilación, aunque aún no se vean afectados. En cualquier caso, es fácil haber visto estos días atrás a muchas personas con pañuelos y ojos rojos por las calles de la ciudad, sobre todo en un fin de semana especialmente ventoso. “Hay que estar informado sobre los niveles de polen existentes y saber que hay cosas que no se pueden hacer durante las próximas semanas, como salir a correr por el Parque de María Luisa, que está lleno de gramíneas; hay que actuar en consecuencia”, recalcó. En el caso de los que no estén diagnosticados, lo mejor es que no opten por la automedicación porque los efectos secundarios pueden jugar una mala pasada. “Puede provocar un mayor número de accidentes porque produce somnolencia, lo que también puede afectar a los estudiantes en época de exámenes”. Con las vacunas, “el control de la enfermedad es muy alto y eficaz si se hace bien”, indicó. En cualquier caso, y como sucede todos los años, el suplicio llega a su fin aunque parezca que no acaba nunca. Suele suceder a mediados de junio. Este año, al menos, al retrasarse la polinización alrededor de dos semanas, los alérgicos se han ahorrado 15 días de sufrimiento, si bien vivirán las seis semanas restantes con mayor intensidad. Una vez que la planta se seca, deja de liberar polen y entonces ya acaba el proceso y no hay niveles reactivos.

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