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Los nuevos ricos también entran en bancarrota emocional

Metropolisiana edita dos relatos de Fitzgerald, el autor de El gran Gatsby

el 30 dic 2012 / 20:02 h.

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No es casual que la proliferación de títulos de o sobre Francis Scott Fitzgerald en las librerías coincida con la liberación de los derechos de su obra, pero ¿hay algo últimamente que no tenga que ver directa o indirectamente con el dinero? El propio autor de El gran Gatsby, tan acaudalado como manirroto, podría escribir alguno de sus magistrales artículos con este tema. Y, amante del lujo como era, estaría sin duda satisfecho con la cuidada edición de dos de sus cuentos que el sello hispalense Metropolisiana acaba de lanzar, con traducción de Felipe Benítez Reyes e ilustraciones de José Luis Ágreda.

Para Benítez Reyes hay una coincidencia más, que da plena vigencia a los relatos del estadounidense: "Ahora vivimos una crisis muy similar a la que él vivió en los años 30, pero además el mundo que describe Fitzgerald en sus cuentos y novelas es intemporal. Cambian los referentes, los escenarios, pero el universo frívolo y atormentado de los ricos no ha cambiado desde entonces", afirma el gaditano.

Junto a la meritoria tarea de trasladar al castellano las piezas Bancarrota emocional y El joven rico, José Luis Ágreda ha tenido que llevar su personalísimo estilo al terreno de ese mundo de gente ociosa y amante del consumo que, en muchos casos, tenía como principal objetivo en la vida contraer un matrimonio ventajoso. "Los relatos de Fitzgerald son muy vívidos en las descripciones, y las situaciones son muy visuales. Aunque sean historias tristes en el fondo, hay en ellas humor, ironía, un poco de mala leche... Y todo ello me hace conectar muy bien con él", agrega.

"Siempre se ha asociado a Fitzgerald la virtud de la plasticidad", interviene Benítez Reyes. "Era muy concreto, con cuatro elementos describe a cualquier personaje frívolo y melancólico". Así es la protagonista de Bancarrota emocional, Josephine, que después de besar a muchos chicos sigue afectada por un profundo vacío interior; o Anson Hunter, el personaje central de El joven rico, "capaz de seducir a todo el mundo... salvo a sí mismo", según explica el traductor, que recientemente ha regresado también a la poesía con un nuevo libro, Las identidades.

"Todos los personajes son muy libres en apariencia, pero muy convencionales en el fondo. Todos buscan a alguien rico para casarse y que les resuelva la vida. Las chicas parecen rebeladas contra sus madres, pero toda la libertad de la que alardean no es sino un tanteo para encontrar al hombre que las retire", apostilla.

Finalmente, Ágreda asegura que a la hora de inspirarse para este trabajo -que estará expuesto en la sala Madre de Dios del Cicus hasta el próximo 11 de enero- ha evitado "ver películas de la época, especialmente El gran Gatsby, y sí muchas fotografías de aquellos años, pues he encontrado algunas preciosas. Intenté que nada fuera excesivamente art deco, nada de peinados de época, sino tratar de que todo fuera más natural", concluye el artista.

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