José María del Nido ha vuelto a sentar las bases del Sevilla para el presente y para el futuro. El presidente del club ya no escribe los objetivos en una servilleta, los enuncia en una conferencia y los marca para los próximos cinco años. Pero los loables y ambiciosos objetivos de la entidad y de Del Nido tienen fugas, fugas que han dado la cara en la última temporada. De ahí que las intenciones nervionenses, por muy ambiciosas que sean, resulten, de momento, inalcanzables. El incremento del presupuesto hasta los 200 millones, la clasificación continua para la Liga de Campeones y la rentabilidad de algunos recursos brillan en estos momentos por su ausencia.
Resulta difícil creer que en los próximos cinco años la sociedad nervionense vaya a lograr lo que en la mejor época de su historia no ha alcanzado.
La liga de campeones. Para el objetivo estratégico del Sevilla, primero hasta 2012 y ahora aplazado hasta 2015, es imprescindible la clasificación continua para la Liga de Campeones. Los ingresos añadidos de esta competición, de hasta 20 millones de euros anuales, son la piedra filosofal en la que se sustenta el ambicioso objetivo de Del Nido de llegar un día a codearse con el Arsenal, el Inter, el Bayer, el Lyon o el Barcelona. Sin embargo, hasta el momento el Sevilla no ha podido lograr la clasificación para esta competición durante dos años seguidos. Estuvo cerca de lograrlo el pasado verano, pero el Sporting de Braga se interpuso en el camino.
El golpe deportivo fue fuerte, pero más incluso el económico, ya que la ausencia de estos recursos ha provocado que el club tenga que dar un paso atrás económicamente, rebajando su presupuesto hasta en un 20% del total.
La televisión. La batalla emprendida por el Sevilla y por José María del Nido, junto al G6, contra los grandes y en pos de un reparto igualitario va más allá de la lucha de la búsqueda de un equilibrio casi filosófico entre los clubes. La realidad es que la entidad nervionense necesita aumentar sus ingresos y no seguir perdiendo comba con respecto a sus más directos rivales. El Sevilla no se puede permitir luchar en inferioridad de condiciones con sus directos rivales, el Atlético de Madrid y el Valencia. Además, en vistas de posibles ingresos por derechos de televisión de procedencia asiática, las cantidades se repartirían más con una venta colectiva que individualizada.
El nuevo estadio. Del Nido pretende llevar a cabo una remodelación del Sánchez Pizjuán y que el nuevo estadio se convierta en una nueva fuente de ingresos. Por un lado por el alquiler de los bajos del mismo, como ya hacen otros clubes europeos, y por otro por el aumento del precio de los abonos en algunas zonas de privilegio. La explotación del estadio es un recurso de mucho peso para clubes como el Arsenal, el Schalke o el mismo Real Madrid. Sin embargo, a día de hoy, el mismo discurso del presidente del Sevilla contradice esta ambición. “La ciudad de Sevilla no está preparada”, “de todos los palcos vips del Sánchez Pizjuán sólo se venden la mitad”, ha llegado a decir el presidente. Difícil que esta pata genere ingresos.
Los patrocinios. Ahora mismo el Sevilla se encuentra en un claro segundo escalón en este aspecto con respecto a la elite europea. Mientras algunos equipos ingresan diez o quince millones, el Sevilla apenas superaba los dos por 12bet.com, que además no tiene previsto renovar su contrato.
Vender, la solución. Ante esta situación, y mientras el Sevilla busca de nuevo el camino que le lleve a la Liga de Campeones, el club tiene una única solución para mantenerse saneado. Vender y vender jugadores. Así logró crecer en su día y así volverá a retomar la senda del crecimiento justo cuando sus recursos económicos se debilitan.
