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Economía

Los países más poderosos insisten en respuestas coordinadas ante la crisis

El G-7 volvió a enviar el sábado un mensaje de unidad frente a la crisis, en una inusual reunión en la Casa Blanca que llega tras la aprobación de un plan amplio, pero vago, que deberá pasar mañana la prueba de fuego en los mercados tras una semana para olvidar. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 16:38 h.

Teresa Bouza

El G-7 volvió a enviar el sábado un mensaje de unidad frente a la crisis, en una inusual reunión en la Casa Blanca que llega tras la aprobación de un plan amplio, pero vago, que deberá pasar mañana la prueba de fuego en los mercados tras una semana para olvidar.

"Todos nosotros reconocemos que ésta es una crisis global grave y por lo tanto requiere una respuesta global seria", afirmó ayer el presidente de EEUU, George W. Bush, desde la Rosaleda de la Casa Blanca rodeado por los representantes de los Siete -EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia-.

Mientras tanto, comienzan a salir a la luz medidas específicas contra la crisis que parecen demostrar que la contundente retórica del G-7, que engloba los países más industrializados, irá seguida de acciones igualmente rotundas como el anuncio de un plan de rescate por parte de Alemania.

Además, la reunión que celebra hoy el Eurogrupo -países de la Zona Euro- podría concluir con un plan conjunto para hacer frente a la crisis. La ministra de economía francesa, Christine Lagarde, declaró en ese sentido ayer desde Washington en una entrevista radiofónica con France Info que "es muy probable que los estados europeos entren aún más en el capital de los bancos que están descapitalizados". Una medida en línea con la anunciada por el Gobierno de EEUU, que comenzará a adquirir acciones de los bancos "con la mayor celeridad posible" para ayudar así a recapitalizar a las instituciones financieras.

Esos pasos excepcionales parecen confirmar que los Siete están hablando en serio.

El grupo se comprometió la pasada madrugada a utilizar todas las herramientas precisas para impedir la quiebra de bancos importantes.

Sus miembros también asegurarán que los programas de garantías de depósitos bancarios sean sólidos, tomarán medidas para que los bancos se recapitalicen con fondos públicos y privados y actuarán para que vuelva a fluir el crédito y funcionen los mercados monetarios.

Pero el veredicto final no llegará hasta mañana, con la apertura de los mercados.

A primera vista parece claro que el plan no logrará superar expectativas en unos parqués que cerraron el viernes con la esperanza de un programa global conjunto contra la crisis y no una serie de principios comunes.

Para haber superado las expectativas, los Siete deberían de haber respaldado la propuesta del ministro británico de Economía, Alistair Darling, quien pidió a sus socios del G-7 que aprobasen un plan para garantizar todos los préstamos interbancarios a corto plazo.

Henry Paulson, el secretario del Tesoro estadounidense, no disimuló el pasado viernes su molestia ante la pregunta de si los mercados se sentirían decepcionados ante la ausencia de un programa específico y conjunto para los países del G-7, que representan dos terceras partes de la economía mundial.

"Es ingenuo (pensar que se pueden aplicar) exactamente las mismas políticas en países con sistemas legales, estructuras bancarias y regulaciones diferentes", insistió el titular del Tesoro, quien pronosticó que la volatilidad en los mercados continuará "durante algún tiempo".

Comentarios más específicos y preocupantes llegan desde el Fondo Monetario Internacional (FMI). "En el peor de los escenarios, los gobiernos necesitarán unas cuantas semanas más para adoptar las medidas correctas y los mercados podrían caer otro 20%", según el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, en una entrevista en Corriere della Sera.

Mark Zandi, economista jefe de la división de investigación y análisis de la firma Moody's, aseguró que "llegados a este punto los legisladores han dicho y hecho un montón. Ahora lo mercados querrán ver si funciona".

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