Cataluña celebra hoy su Diada nacional y lo hace con todos los partidos en tensión ya por las elecciones autonómicas del 28 de noviembre. Un acto institucional con una presencia de unas 15.000 personas, según cálculos de la Generalitat, ha conmemorado la caída de Barcelona ante las tropas de Felipe V en 1714 y previamente todos los partidos, excepto el PP, han hecho sus ofrendas florales ante el monumento a Rafael Casanova, al que le Gobierno catalán ha prohibido el acceso de los radicales que cada año solían rebentar el acto con insultos y abucheos.
El Gobierno de la Generalitat, encabezado por el presidente José Montilla, ha realizado en silencio pasadas las nueve de la mañana la ofrenda ante el monumento, con los gritos lejanos de un grupo de ciudadanos que reclamaban la indepenencia de Cataluña. Por su parte, el líder de CiU, Artur Mas, ha considerado que en años anteriores había "más libertad" en la ofrenda floral con motivo de la Diada.
El nuevo formato de la ofrenda floral ha indignado a parte del público asistente, que se ha tenido que conformar con verla en la distancia. Con todo, sí han podido protestar al paso de las comitivas que se dirigían hacia el monumento para realizar la ofrenda floral.
Los ciudadanos que han acudido al acto se han tenido que situar detrás de las vallas ubicadas en la confluencia entre la Ronda Sant Pere y la calle Girona de Barcelona, mientras que el espacio más próximo al monumento, en la Ronda de Sant Pere, ha quedado ocupado este año por la orquesta que interpreta el himno nacional de Cataluña al paso de cada delegación que homenajea a Casanova.
Fuentes de Presidencia de la Generalitat han precisado que este cambio de formato se ha hecho por recomendaciones de seguridad y no por un criterio político, y han recordado que cada vez es menor la afluencia de manifestantes radicales que viene a primera hora al monumento. El vicepresidente del Gobierno, Josep Lluís Carod Rovira, ha defendido el nuevo formato porque se ha evitado, dice, quedar en manos "de la gente que grita y silba".
Las personas que se han congregado hoy forman parte de colectivos que piden acabar con los 'correbous' y un grupo de personas ataviado con banderas independentistas, que gritan desde lejos a los políticos. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que irá en la lista autonómica del PSC cuando salga del Gobierno tras la huelga general, ha acudido a la ofrenda de la Diada con la delegación del PSC.
El acto ha servido para que todos los partidos valoraran el discurso institucional pronunciado ayer por José Montilla, quien alertó de las "pulsiones separadoras" entre Cataluña y el resto de España. El discurso no gustó a nadie, excepto al Partit dels Socialistes. Incluso los socios del presidente de la Generalitat, comenzando por Esquerra Republicana lo han criticado por "partidista". El líder de CiU, Artur Mas, ha calificado de "extraño" que Montilla critique el separatismo "cuando ha gobernado los últimos cuatro años con Esquerra Republicana".
El acto institucional de la Generalitat, dirigido por Joan Ollé y conducido por la actriz Rosa Renom, ha aprovechado para conmemorar así el 150 aniversario de Joan Maragall y el centenario del nacimiento de Màrius Torres. Por el escenario instalado junto a la cascada del parque de la Ciutadella han desfilado la cantante de Perpinyà Gisela Bellsolà, la actriz Ester Nadal, que ha recitado un poema del síndic de Andorra, Josep Dallerés, así como Franca Masu y Claudio Gabriel Sanna, que han interpretado la canción Lo país meu.
El guitarrista Toti Soler ha ofrecido su Sardana Flamenca, una mezcla de acordes flamencos y sardanistas, danzados por la Colla Sardanista Mare Nostrum. También se ha conmemorado el centenario del nacimiento del historiador Jaume Vicens Vives y el 25 aniversario de la muerte del poeta Salvador Espriu, con unos versos leídos por el actor Joan Anguera. El acto también ha servido para homenajear la Nova Cançó, y uno de sus miembros fundadores, el escritor Josep Maria Espinàs, se ha encargado de recordar los orígenes del movimiento, hace medio siglo.
