A igual trabajo igual sueldo. La legislación española es clara: no puede haber discriminación salarial por razón de sexo. Algo que se queda en papel mojado: los hombres ganan más que las mujeres, eso sí, gracias a subterfugios varios en forma de pluses.
El mismísimo Parlamento Europeo ha denunciado que la diferencia en los salarios entre hombres y mujeres se mantiene en un 15% desde 2003 a favor de los varones. Sin embargo, los datos que maneja el Instituto de la Mujer del Ministerio de Igualdad son aún más desoladores, esta brecha se cuantifica en un 20%, eso sí, el informe está elaborado en base a datos de 2002.
Según este informe del Instituto de la Mujer, en 2002 los hombres ganaban 9,56 euros por hora trabajada frente a los 7,65 que percibía las mujeres. Pero lo que es más grave, según este estudio del Gobierno, es que las mujeres que perciben salarios más elevados también soportan mayores niveles de desigualdad salarial por razón de sexo.
Estos informes no son sólo números, detrás de los porcentajes hay mujeres de carne y hueso que soportan esta discriminación salarial, aunque, según admiten, poco a poco se va erradicando, gracias a largos años de reivindicaciones que, en este caso, no están cayendo en saco roto al contar con el respaldo de las leyes.
Una de estas mujeres que a pesar de realizar el mismo o similar trabajo que sus compañeros de cooperativa cobra un sueldo inferior que ellos es Paqui Rodríguez Oliver, presidenta del comité de empresa de la cooperativa envasadora Cesur, de Viator (Almería), del sindicato UGT. Paqui aclara que esta discriminación se debe a que las mujeres entran con un contrato de envasadoras, mientras que en el de los hombres la palabra que aparece es la de peón. Esta situación en Cesur se llevó en 2005 a la mesa de negociación y desde esa fecha se está realizando año a año una subida progresiva para equiparar los salarios poco a poco. Paqui Ramírez estima que la igualdad salarial no llegará hasta 2010. En estos momentos, una envasadora percibe 6,16 euros la hora y un mozo 6,56. Eso sí, esta mujer admite que en Cesur, donde trabajan unas 650 personas en temporada alta, en el área de administración hombres y mujeres de igual categoría ganan lo mismo.
De forma muy similar se pronuncia la responsable de CCOO del Plan de Igualdad y miembro del comité de empresa de Repsol YPF, Eva Muñoz: "En la actualidad no hay discriminación salarial directa, porque está prohibido por ley, pero sí existe discriminación indirecta y siempre en detrimento de la mujer". Un ejemplo que pone Eva Muñoz es que las mujeres promocionan menos, "a pesar de que las mujeres tienen más formación y hay más tituladas universitarias".
En Repsol YPF, con aproximadamente 18.500 trabajadores, en 2005 se firmó un plan de igualdad que está dando sus frutos: "Ese año el 75% de los empleados eran hombres, ahora este porcentaje ha variado en favor de las mujeres que ya son el 28% de la plantilla", manifiesta Eva Muñoz. A todo ello se une la existencia de un protocolo de conciliación que, entre otras cuestiones, permite la reducción de jornada, "pero por ahora todos los avances que se logran son insuficientes".
Una empresa que sí cumple la ley a rajatabla es Cremonini Rail Iberia -catering ferroviario-, según subraya su delegada de empresa y secretaria de la Mujer en el sector ferroviario de CCOO, Gema Perujo. "En Cremonini a igual trabajo, igual sueldo, no hay diferencias salariales tal y como establece la ley", asegura Perujo, quien recuerda que a esta situación se llegó gracias a ocho años de intenso trabajo, que se inició con la anterior empresa que llevaba el servicio, Rail Gourmet, "pero Cremonini, cuando hace algo más de un año que se hizo cargo de la empresa, acató todos nuestros logros laborales sin poner problemas".
