Que con la que le está cayendo al PP supere en 1,2 puntos al PSOE, significa que los socialistas han cogido la cuesta abajo debido principalmente al paro y a la mala gestión de la crisis, como señala la encuesta de julio del CIS. Desempleo y situación económica se sitúan entre las primeras preocupaciones de los españoles con tasas del 74,4 y del 48,7 por ciento, respectivamente. Una vez más puede decirse aquello de que no es un partido el que gana las elecciones, sino que es otro el que las pierde.
En un comentario anterior recogíamos la opinión de los expertos en demoscopia según la cual los movimientos de la opinión pública son por naturaleza premiosos y no se reflejan de inmediato en las encuestas. La crisis económica y la falta de respuestas tangibles por parte del Gobierno es un hecho que se viene arrastrando desde hace meses. Pero es ahora cuando empieza a dar la cara, precisamente porque los ciudadanos no se pronuncian a la ligera y esperan a que los hechos sean tan contundentes como ahora sucede.
Ningún analista político, entre los que me incluyo, hubiera acertado este veredicto del CIS. Los escándalos que afectan a miembros y cogecosas del PP parecía indicar que iban a poner sordina a la ineficacia de un Ejecutivo que, de improvisación en improvisación, ha situado la tasa del desempleo en el terrorífico dato de más de cuatro millones, uno de los cuales corresponde a Andalucía.
Bien leída la encuesta, sus resultados no mejoran en esencia la situación del Partido Popular que aumenta sólo dos décimas en intención de voto. Pero si es reseñable su distancia con los socialistas que se dejan 1,8 puntos en el último trimestre transcurrido. Esa tendencia es la que favorece a Mariano Rajoy, pese a que en el detalle del informe del CIS no se aprecie una mayor estima de los consultados por la política del PP. Pero este negocio se basa precisamente en una, nada más que una simple cuestión: quien saca más votos, gana. Y lo que es seguro es que por primera vez desde las elecciones de 2004 los populares se han puesto por encima.
En el centro político español está el secreto. Décima arriba, décima abajo, la mayoría de los españoles se sitúan entre el 4 y el 6, en una horquilla de 10 a 0, lo que viene a expresar muy a las claras que las posiciones extremas, duras, severas o como se quiera denominarlas están fuera de la realidad, ya sea por la izquierda o por la derecha. Creo que a Zapatero le está perjudicando también su radicalización en temas muy sensibles a la población como es el maximalismo predicado para la ley del aborto, independientemente de que la encuesta ponga todo el énfasis en la pésima situación económica y el paro consiguiente.
Cabe una última reflexión: si pese a sus problemas internos, el Partido Popular no aprovecha esta tesitura para hacer una oposición inteligente en la que el electorado pueda ver la alternativa real a la actual mayoría de izquierdas, Rajoy estará desaprovechando la mejor ocasión desde la llegada de los socialistas a la Moncloa porque, ahora sí, el PP tiene el viento de cola.
Periodista
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