La generalización del plan experimental de sustituciones a partir del próximo curso permitirá a los maestros de apoyo dedicarse en exclusiva al refuerzo. El plan consiste en delegar a los colegios, y no a las delegaciones provinciales, la gestión de las bajas de sus docentes (con un presupuesto virtual que se amplía en casos muy justificados, como una baja por embarazo).
En los 200 centros donde se ha aplicado ha habido 771 bajas, el 13% del total, y 87 colegios han necesitado un plus económico. Las bajas se han cubierto en menos de cinco días, cuando la media andaluza sobrepasaba las dos semanas. El sistema escolar sufre un 5% de bajas, y con el plan piloto ha bajado al 3,7%. Extender este plan significará liberar a los 2.068 profesores de refuerzo que hay en los colegios para que se dediquen en exclusiva a las tareas de apoyo a los alumnos con más problemas de aprendizaje.
Hasta la fecha, el problema de las bajas en el profesorado andaluz absorbía gran parte de las funciones de estos profesionales, que en teoría están asignados a un colegio sin una asignatura específica a la que atender. El refuerzo educativo es uno de los pilares del sistema, pero el elevado número de bajas de profesores lo había vuelto inoperante, porque una norma de la Consejería de Educación decía que el profesor de apoyo tenía el deber de cubrir la primera baja que se produjera en su colegio, de modo que casi nunca podía desempeñar la función para la que teóricamente había sido creado.
La medida fue introducida por IU en el pacto parlamentario por la convergencia educativa. Los sindicatos de la enseñanza llevaban años reclamándola. Andalucía gastó el curso pasado 119 millones de euros en bajas. La Consejería de Hacienda intervino las cuentas de algunas delegaciones provinciales de Educación por su excesivo gasto. Aún así, Álvarez de la Chica quiso dejar claro ayer que "esto no lo hacemos por ahorro. No vamos a bajar el presupuesto de bajas. Es más, el nuevo sistema hace imposible reducir el gasto".
