Los rebeldes antigubernamentales que pelean para derrocar al presidente libio, Muamar Gadafi, lograron controlar ayer las localidades de Zuara y Sabratha, a menos de 80 kilómetros de Trípoli, en el oeste del país, según confirmó un grupo de trabajadores egipcios que logró cruzar la frontera con Túnez para huir de las revueltas que podrían haber provocado ya 10.000 muertos. La pérdida de esas dos ciudades se unen a las de Benghazi, Tobruk y Misrata, en el este.
Estos exiliados, que trabajaban en una empresa de construcción, declararon que la localidad se encuentra bajo el control de "comités populares" que disponen de armas automáticas y explicaron que en Zuara ya no hay signos de policías o militares leales al régimen. Tras varios días de crisis políticas, el Gobierno ha perdido el control de la zona este del país, donde se concentran gran parte de los yacimientos petrolíferos. En ciudades como Benghazi o Tobruk, el Ejército y la Policía se han retirado o se han unido a las reivindicaciones de los grupos opositores, que incluso han comenzado a organizarse para proporcionar servicios a la población.
También, las victorias opositoras podrían haberse extendido hasta la ciudad de Misrata, 200 kilómetros el este de la capital. Desde Trípoli, donde el acceso está vetado para los medios extranjeros, algunos residentes declararon ayer que se vive una situación de relativa calma pero que la población optó por permanecer en sus viviendas ante el temor a ser atacados por las fuerzas de Gadafi, que además comenzaron ayer a perder el apoyo de las Fuerzas Armadas y de políticos hasta ahora fieles.
En medio de esta grave crisis, Gadafi se dirigió de nuevo a los libios y acusó al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y a su organización terrorista de estar detrás de las protestas antigubernamentales e instó a sus partidarios a que arrebaten las armas de los manifestantes. Asimismo, insistió en que él sólo tiene "autoridad moral" sobre el país. "Actualmente es evidente que esta cuestión está dirigida por Al Qaeda", señaló en una intervención telefónica en la televisión estatal, en sus segundas declaraciones al país después de que el martes hubiera dejado claro que no dimitirá y que está dispuesto a morir "como un mártir" antes que entregar Libia.
E incluso el exministro de Justicia libio Mustafá Abdul Jali declaró ayer que Gadafi acabará "como Hitler", suicidándose.
Como apoyo al régimen libio y con el objetivo de eliminar las protestas, la embajada de Chad en Trípoli reclutó a más de un millar de mercenarios para ayudar al líder libio, según indicó el portal informativo chadiano Tchadactuel. "Según informaciones fiables, la embajada de Chad en Trípoli ha reclutado a más de un millar de ciudadanos chadianos", principalmente de las etnias zaghawa, árabes y gorane, para enfrentarse a los manifestantes, indicó el portal.
intensos combates. Gracias a estas ayudas, las fuerzas leales al dirigente libio y sus detractores mantuvieron ayer intensos combates en la localidad de Zawiyah, 50 kilómetros al oeste de Trípoli, según varios testigos. Previamente, otro testigo había señalado a Reuters que el Ejército libio había desplegado numerosos efectivos en esta localidad. "Hay una fuerte presencia militar.
Registran a todo el mundo", aseguró Tarek Saiidi, un ingeniero tunecino que cruzó la frontera.
Todos estos combates están provocando un éxodo. Al menos 30.000 personas, principalmente inmigrantes tunecinos y egipcios, han huido ya de la violencia en Libia, según informó la Organización Internacional de Migraciones (OIM), que precisó que aunque el flujo va en aumento, se trata mayoritariamente de extranjeros y sólo ha habido unos 325 libios.
Ante esta situación el vicepresidente del Gobierno español, Alfredo Pérez Rubalcaba, admitió ayer que existe el riesgo de que llegue a Europa un número "no pequeño" de inmigrantes procedentes de Libia. Y es que las revueltas en los países árabes pueden provocar una ola de inmigrantes irregulares, un éxodo hacia Europa que podría superar el 1,5 millones de libios, según la Agencia Europa de Control de Fronteras. La UE también admitió ayer que la intervención militar es un escenario "posible", aunque la OTAN no se plantea de momento una intervención en el país africano.
