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Los sevillanos toman el Jardín Americano en su primer día

Miles de personas acuden al reestreno del espacio verde en la isla de la Cartuja.

el 11 abr 2010 / 18:41 h.

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Jóvenes se toman fotos ante plantas exóticas.
Tipuana o palo rosa, empleado en ebanistería... costilla de adán, cuyo fruto se usa en la fabricación de helados... carcanapire o vara blanca, antirreumático... gusnay o bandera blanca, de uso ornamental... duranta, con propiedades estimulantes... sangre de toro, cuya madera se emplea en la fabricación de ornamentos...

No se trata de un catálogo de botánica: son algunas de las especias exóticas que desde ayer puede contemplar cualquier visitante del Jardín Americano, un espacio natural privilegiado junto al río Guadalquivir con unas 400 especies de la flora más variopinta de América Latina.

De todos modos, a estas alturas miles de sevillanos seguro que ya lo saben puesto que el jardín estuvo ayer, en su jornada de inauguración, hasta la bandera.

El Camino de los Descubrimientos, donde se ubica este espacio, este trozo de dos hectáreas que parece arrancado del corazón de la selva, fue ayer un ir y venir continuo de vehículos, bicicletas, viandantes y turistas que hacían su entrada en este jardín que ha estado cerrado desde la conclusión de la Expo, hace ya casi 17 años.

Aún no se ha alcanzado la variedad de especies que contuvo el jardín en la Expo, casi 600, y ése precisamente es el reto para los próximos meses. Según explicó Francisco Oñate, director de Naturalia XXI, una de las entidades promotoras de este espacio, "vamos a retomar el contacto que tuvimos en la Expo con jardines botánicos y universidades de toda América Latina para superar el número de especies que hubo aquí en 1992".

Pero no sólo importa la calidad sino la cantidad, como se suele decir, y el jardín no sólo son las especies; también alberga unos 4.000 ejemplares de árboles y arbustos, que se unen a los otros 4.000 que habitan en el bosque de ribera del Guadalquivir hasta el parque del Alamillo.

De hecho, esta conexión verde va a ser del parque un ecosistema propio con el Alamillo. "Esperamos que haya un intercambio y que incluso especies animales de allí se trasladen aquí, como lo están haciendo las ánades reales [un tipo de ave]", apuntó Oñate, quien calculó en más de cien las especies sólo de aves que viven en el parque del Alamillo.

Dentro de las especies del Jardín Americano destacan tres tanto por su exotismo como por la dificultad de que prosperen, como lo han hecho, fuera del entorno del que son habituales desde hace siglos, es decir, la selva húmeda y profunda.

Se trata de la palma real -una palmera originaria de Cuba-, el ciprés de los pantanos -que requiere para adaptarse mucha agua y humedad- y la tabebuya -un árbol que suele sobresalir en altura para coronar las selvas americanas-.

El Jardín Americano no sólo destaca por la recuperación botánica que supone sino también por su incorporación al paisaje verde de Sevilla y su rescate como nuevo pulmón verde para la ciudad.

Y también una nueva zona recreativa. José Velázquez valoró "la pasarela sobre el río y que se pueda entrar en bici en el jardín. Es un lujo un espacio así a las orillas del río y al lado del caso histórico de la ciudad". Velázquez destacó también "las lagunas y las cascadas, que hacen muy atractivo para el visitante el jardín y parece que te trasladan a otro país, a otro continente".

Olga Sánchez, que visitó el Jardín Americano a primera hora de la mañana, criticó que no se haya completado el parque con la apertura del Jardín del Guadalquivir, también a orillas del río.

Oñate aseguró que "el objetivo es añadirlo al Jardín Americano para que, entre los dos, formen un conjunto único y un espacio verde común, pero el primer espacio es de la Junta y se están ultimando aún diversas actuaciones".

En cualquier caso, Sevilla hizo ayer suyo el Jardín Americano.

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