La vinculación del Miserere de Hilarión Eslava con Sevilla es incuestionable. Durante los últimos 46 años se ha podido escuchar cada Sábado de Pasión en la Catedral interpretada por la Orquesta Sinfónica dirigida por el maestro Luis Izquierdo.
Ahora, y de la mano de Deutsche Grammophon, la composición ha quedado inmortalizada en un disco.
"Por fin se grabó el Miserere", afirmó ayer el director, Luis Izquierdo. "Este constituye un documento sonoro que se une al patrimonio cultural de la ciudad y que permitirá apreciar en casa los matices y la calidad de la obra de Hilarión Eslava, además de la profesionalidad incuestionable de la Sinfónica", añadió durante la presentación de un disco grabado en septiembre de 2007 con motivo del bicentenario del nacimiento del compositor navarro Hilarión Eslava (1807-1878) que escribió la obra sacra en 1835 para la Catedral de Sevilla.
"La pieza despertó controversia a la hora de ser valorada musicalmente desde el año de su estreno e incluso actualmente", contó Izquierdo.
Según Izquierdo, "para muchos músicos de la época sonaba más a música profana que religiosa. No obstante, tenemos que contextualizar la composición. Eslava estaba altamente influenciado por las obras europeas y en concreto por las italianas. Era la época de la Bel canto y eso no supo entenderse".
El disco cuenta con un elenco de primera categoría formado por figuras destacadas de la lírica nacional e internacional. José Bros como tenor, Flavio Oliver como contratenor y Carlos Álvarez como barítono interpretan la obra de Eslava en la grabación de la mano de la Sinfónica, los solistas de la Escolanía del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial y el coro de la Maestranza bajo la dirección de Julio Gergely.
"El resultado es francamente bueno. No sólo gracias a la interpretación de la orquesta, sino al trabajo a contrarreloj de la discográfica por lograr que el disco saliera antes de la siguiente interpretación del Miserere en la Catedral", afirmó Remedios Navarro, directora gerente del Teatro de la Maestranza.
"Melódicamente es inatacable", concluyó con contundencia Luis Izquierdo. "Es una obra bellísima, por supuesto con sus carencias y sus virtudes. Sin embargo, la prueba de su frescura melódica, de la armonía y el contrapunto es que se mantuvo a lo largo de los años. Y antiguamente los maestros de las catedrales tenía que hacer un miserere cada dos años. Sin embargo, el de eslava ha permanecido y ha sido aclamado a lo largo de los años".
