Los taxistas de Sevilla han denunciado la falta de seguridad que sufren y que los controles policiales en las zonas más conflictivas han desaparecido paulatinamente desde el último asesinato de un compañero en el año 2004.
El presidente de la asociación Solidaridad del Taxi, Enrique Filgueras, ha lamentado a Efe que "la noche se va a quedar para los que están dispuestos a jugarse la vida por una carrera de cuatro euros".
"El taxista y el repartidor de pizzas se han convertido en el blanco para conseguir dinero fácil y con las menores consecuencias", ha añadido.
Ha criticado también que, tras el atraco con lesiones que sufrió un compañero en la madrugada del viernes, ningún responsable político se ha puesto en contacto con ellos excepto Ignacio Flores, representante del PP en el Instituto del Taxi, pese a que su asociación ha informado a todos del incidente.
Un taxista sufrió heridas en la cara y en el cuello al ser atracado a las 2 de la madrugada del viernes en la barriada de La Pañoleta de Camas y, tras ser atendido en el Hospital Virgen Macarena, los médicos están pendientes de su evolución para determinar si ha sufrido pérdida de la visión en un ojo.
Este atraco "pone de manifiesto que la seguridad está mal y que el apoyo de la Policía a raíz del asesinato de Amador Guerrero en 2004 se ha ido desvaneciendo", según Filgueras.
El portavoz del colectivo ha explicado que los controles policiales establecidos entonces en los lugares más conflictivos ya no existen, pese a que los taxistas sevillanos siguen sufriendo una media de dos atracos cada fin de semana.
Las mamparas solo han sido instaladas por unos 400 de los 2.200 taxis sevillanos, pero según Filgueras se trata de una medida que "no sirve en Sevilla" pues es "técnicamente imposible que llegue al cliente el aire acondicionado y la calefacción".
El cliente "no está acostumbrado a esa claustrofobia" y además la mampara no evita los atracos porque el delincuente "siempre encuentra la manera de conseguir que el taxista se baje del coche".
Filgueras ha asegurado que lo que sufre el colectivo "sí que son atracos y no los suplementos de tarifas que denuncian las asociaciones de consumidores"
