Uno explicó que esa noche vio al Cuco en una botellona que celebraron en el polideportivo del Polígono San Pablo entre las 20 y las 20.30 horas, adelantando así la hora dada el día anterior por otra testigo, que calculó que la botellona se celebró entre las 20.30 y las 21 horas. El chaval dijo que entonces llevaba vaqueros, según reveló la abogada de la acusación particular que ejercen los padres de Marta, Inmaculada Torres.
Otros cuatro testigos declararon que lo vieron en otra botellona que comenzó a las 22 o 22.30, horario que calcularon en función de la hora de cierre del parque de Santa Clara en el que estaban, la hora a la que debían regresar a casa y algunas llamadas de teléfono, según explicaron fuentes de la Fiscalía. En esa segunda botellona llevaba pantalones de camuflaje, lo que podría implicar que se cambió de ropa.
De esta forma, los testigos apuntaron que durante una hora y media o dos horas ninguno de ellos estuvo con el menor. La importancia de esa franja horaria es que podría situarse en ella el momento de la muerte de Marta, del mismo modo que el del traslado del cuerpo se sitúa en torno a la 1.30 o 2 de la madrugada, cuando un testigo vio a Miguel empujando una silla de ruedas y otro a dos encapuchados trasladando en la misma silla un bulto hacia la calle y regresando sin él.
El padre de Marta, Antonio del Castillo, fue contundente al valorar estas declaraciones y sentenció que "después de que pasara lo que pasó, el Cuco se dejó ver buscando una coartada".
Los testigos de ayer, todos menores, precisaron que la segunda botellona terminó sobre las 12 de la noche, según dos de los adolescentes, que certificaron que ya no volvieron a ver al Cuco, dejándolo también sin coartada en el momento en el que la Policía sitúa el traslado del cadáver. El testimonio contradice la versión del menor, que en su día dijo que esa noche llegó a su casa a las 23 o 23.30 y se acostó hasta por la mañana. Su abogado, Fernando de Pablo, atribuyó esta diferencia a que los adolescentes no se fijaron bien en la hora exacta y mantuvo que lo importante es que estos testimonios reflejan "unos hechos consecutivos: que más allá de la hora exacta, estuvo primero en una botellona, luego en otra y luego se fue a su casa a dormir".
La Fiscalía, por su parte, afirmó que fue una sesión "sin sorpresas", con las "imprecisiones propias de los testimonios de los adolescentes", y recordó que las horas que han mencionado deberán corroborarse con los registros de las llamadas de teléfono que emplearon como referencia.
Otro testigo, citado por la defensa del menor, dijo que no conocía ni al Cuco ni a Marta, y que no lo había visto esa noche.
Un detalle curioso de la jornada fue que un testigo afirmó que el Cuco le dijo que Marta había sido su novia durante seis meses, lo que no es cierto. "Qué más hubiera querido que salir con mi hija aunque fuera una semana", dijo el padre de la joven, que lo vinculó al testimonio de una amiga de Marta que declaró que el menor estaba "obsesionado" con su hija. Su abogada precisó que, cuando Marta ya había desaparecido, el Cuco dijo espontáneamente a su amigo, sin que él le preguntara, que había estado en el barrio de la que definió como "su antigua novia" durante seis meses.
La abogada de la familia destacó que estos testimonios confirman que "durante dos horas el Cuco no está con los amigos ni con nadie, no se sabe dónde está, no tiene coartada", y valoró que "poco a poco se vaya desenredando la madeja".
