Los usuarios de Casal, la empresa gestora de los autobuses que unen Alcalá de Guadaíra con Sevilla, denuncian que viajan en unos vehículos que resultan pequeños, son viejos, muchos de ellos están sucios y no cumplen con los horarios establecidos.
Cada día son muchos los alcalareños que, por diversos motivos, tienen que trasladarse hasta Sevilla y para ello utilizan el transporte que, se encuentra limitado a tres líneas, M-121, M-122 y M-123 (que pasa por Quintillo). Los usuarios llevan denunciando, desde hace meses, el mal funcionamiento de estas líneas, que ya criticaban por su poca oferta.
Estas críticas que se vierten al servicio se refieren a la saturación, el retraso, la suciedad y la antigüedad, que son las palabras más repetidas entre los usuarios de estas líneas, especialmente los de las M-121 y la M-122. Quizá el problema primordial a solucionar es el de la saturación, ya que especialmente durante las horas punta, estos autobuses están al límite de su capacidad y más si hablamos de los que unen de forma directa las dos ciudades, los pertenecientes a la M-122.
Cada día, los usuarios de estos autobuses se encuentran con que el vehículo está literalmente lleno y, en ocasiones, muchos se quedan en las paradas contemplando cómo ese transporte, necesario para acudir a su lugar de trabajo o de estudios, pasa de largo sin parar porque resulta imposible la entrada de más personas.
La empresa, defiende que ellos no son los que deciden si aumentar o no el número de viajes en este itinerario. Eso corresponde al Consorcio de Transportes del área metropolitana, el cual, a petición del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, debe decidir sobre esa cuestión. Pero mientras, los usuarios se ven obligados a viajar en autobuses hasta arriba de gente los días laborables.
Desde Casal también se afirma que los retrasos no son significativos y se niega rotundamente que se supriman servicios, aunque sí se reconoce la "supresión puntual y aislada" de algunos de por motivos de avería.
Respecto a la suciedad, la empresa insiste en que los autobuses se limpian a diario por dentro y por fuera, independientemente de que mucha gente arroje residuos en el interior por falta de conciencia cívica.
La antigüedad de los vehículos es una característica observable en muchos de los autobuses. Casal admite esta circunstancia y la achaca a las numerosas averías sufridas en la flota en los últimos meses, además de al retraso en la entrega de nuevos vehículos por parte de la suministradora de estos equipos. Pese a ello, desde la empresa aseguran que poco a poco "se tiende a disminuir el uso de estos antiguos autobuses".
El Gobierno local (PSOE) está manteniendo diversas conversaciones con la empresa y asegura que se está estudiando la situación para tomar medidas y así evitar las quejas de los ciudadanos de esta prestación.
