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Lourdes desde Sevilla

La visita del Papa a Lourdes no ha despertado gran expectación en Sevilla porque Lourdes aquí es como el reloj de Pamplona. Van los de aquel pueblo y dicen en 1858 que se les había aparecido la Virgen y les había dicho que era la Inmaculada Concepción.

el 15 sep 2009 / 11:47 h.

La visita del Papa a Lourdes no ha despertado gran expectación en Sevilla porque Lourdes aquí es como el reloj de Pamplona. Van los de aquel pueblo y dicen en 1858 que se les había aparecido la Virgen y les había dicho que era la Inmaculada Concepción, cuando El Silencio llevaba ya 250 años sacándola procesionalmente, todas las hermandades defendían esa creencia y Carlos III la había declarado oficial. ¡A buenas horas, mangas verdes! Así que la Virgen de Lourdes tuvo que conformarse con una calle en el Cerro del Águila mientras las otras las tienen en Los Remedios, y las tres Esperanzas, un barrio cada una.

Luego estaba lo de los milagros; aquí las iglesias con exvotos son algo absolutamente demodée, sirven para que en Antropología hagan de vez en cuando una tesis doctoral y alguna caja de ahorros publique un libro, y nada más. Las Vírgenes sevillanas son criaturas íntimas, como los lares y penates de los romanos. Fernando Villalón lo intuyó con visión de zahorí en su Oda a la Macarena y recitaba a ésta: No eres la niña rubia/ blanca la veste y azulenco el manto/ que con cara de alubia/ se encaramó en un canto/ y es de Francia merengue y dulce encanto.

Y seguía: Tú tus milagros callas/ (como el cristiano viejo sus virtudes)/ ni reinas ni avasallas/ con las esclavitudes/ de rica nueva en cursis actitudes. Tu cura dice misa/ y se sienta a charlar con el barbero/ en mangas de camisa,/ echa alpiste al jilguero/ y se come tranquilo su puchero. Claro que Villalón acabó más pobre que las ratas, mientras que Lourdes es la segunda ciudad de Francia en número de hoteles; la primera, París. Pero el mundo es así, y nosotros también. Se lo decía el millonario a Jack Lemmon en la última escena de la célebre película 'Con faldas y a lo loco': nadie es perfecto.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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