Luis Fabiano se unió ayer a la concentración de la selección brasileña en compañía del centrocampista del Arsenal Gilberto Silva, completando así el grupo que se prepara para los partidos contra Perú y Uruguay, clasificatorios para el Mundial de Sudáfrica 2010.
El delantero del Sevilla, convocado a última hora para cubrir la vacante del lesionado Afonso Alves (Heerenveen), es feliz como pocas veces. Su espectacular inicio de temporada, viviendo sus mejores días desde que luce la camiseta del Sevilla, ha sido tenido muy en cuenta por Dunga, quien, con su llamada, refuerza aún más la moral de un futbolista que ha vivido altibajos. Años atrás, el jugador de Sao Paulo llegó a ser convocado en 26 oportunidades, pero luego cedió su puesto en la canarinha.
"Mi preocupación principal era hacer mi trabajo en el Sevilla, mostrar mi valor, para que un día se acordaran de mí. No esperaba, sinceramente, que ocurriese ahora", comenta Luis Fabiano en declaraciones a la Confederación Brasileña de Fútbol.
El delantero, que vistió por última vez la camisa de la selección en la Copa América de 2004, reconoce que durante mucho tiempo se sintió lejos de la selección, especialmente cuando, como jugador del Sevilla, tuvo que enfrentarse a ella en un amistoso disputado en septiembre de 2005 con ocasión del centenario del club. "Ese día sentí que estaba muy lejos de la selección. El grupo se estaba preparando para la Copa del Mundo de 2006 y percibí que estaba fuera de los planes del entonces técnico, Carlos Alberto Parreira", explica.
Dunga dijo de él cuando se conoció su convocatoria que todo futbolista que vaya esté a sus órdenes debe tener "mentalidad de selección". Además, deja claro que "si los jugadores lo hacen bien aquí, tendrán continuidad".
Se luce a su llegada
Luis Fabiano ha tardado muy poco en sacar a relucir su buen momento. En su primera sesión de trabajo, marcó dos goles en el empate a tres que firmaron los dos equipos que se enfrentaron en partidillo. Junto a Kaká y Diego, fue uno de los destacados.
