Cuentan lo que ocurrió aquel Lunes Santo de hace ya diez años como si hubiera pasado ayer mismo. Miguel Ángel Quintero, Juan Valle, Heliodoro Hernández, David Laguillo, Curro Valverde, Antonio Gutiérrez y Luis Chamorro son algunos de los costaleros que iban debajo del paso del Cristo de las Aguas junto a Juan Carlos Montes aquel fatídico Lunes Santo del año 1999.
"Iba tan tranquilo, disfrutando de ese punto fuerte de la hermandad que es el Postigo, cuando noté que me tiraban hacia abajo de la camisa que llevaba atada a la cintura y escuché un que me caigo al mismo tiempo que a mí se me doblaban las rodillas por el peso de Juan Carlos", narra Heliodoro Hernández con voz acelerada. "Antes de que me diera cuenta de lo que había pasado, ya lo habían sacado a la calle por el costero derecho", apostilla.
Cada uno de ellos tiene una imagen distinta grabada en la mente de aquellos 55 minutos que transcurrieron desde el desmayo de Juan Carlos hasta que la ambulancia se lo llevó "con el pulso recuperado", señala con retintín Hernández. Sin embargo, si en algo coinciden estos compañeros es en que, a pesar de ser una persona tímida y que intentaba pasar lo más desapercibida posible, Juan Carlos disfrutaba con el trabajo bien hecho, saboreando cada marcha al máximo y prestando su ayuda para cualquier cosa que la hermandad necesitase.
Aseguran que todos y cada uno de los años que han tocado palo sin Juan Carlos ocupando su sitio han sentido cómo les ha acompañado, y les entristece que el Postigo se haya convertido en un "tabú", en un sitio por el que se pasa casi de puntillas y siempre con marchas tristes. "Si él estuviera aquí y le tocara el relevo en el Postigo, le gustaría recrearse, disfrutar escuchando y trabajándose los sones de una marcha bonita y alegre", afirma Miguel Ángel Quintero sin ningún tipo de dudas.
Son pocos los componentes de aquella cuadrilla del año 1999 que aún siguen en activo, ya que precisamente todo lo ocurrido con Juan Carlos fue motivo para que muchos colgaran el costal; pero a pesar de ello, todos tienen claro que en este décimo aniversario les gustaría poder hacer juntos el relevo que esta misma noche les lleve, una vez más, a cruzar el Postigo.
