Delantero, juvenil y bético de toda la vida, Manu Gavilán ha dado a la fértil cantera de Heliópolis un nuevo título, el Campeonato de Europa sub 17. Como alevín marcó 140 goles en una sola temporada y ahora aspira a ser profesional, pero con prudencia. "Cuando las cosas se hacen deprisa, salen mal", apunta.
Recuerdan los padres de Manuel Gavilán Morales que su hijo menor, con apenas tres años, "ya se quedaba embobado viendo el fútbol por la tele". Y con ocho se atrevió a predecir su futuro: "Yo quiero jugar en Primera", dijo un buen día. El balón, como siempre en estos casos, fue el primer amigo de este chaval de Mairena del Aljarafe que el 12 de julio cumplirá 17 años y que hace una semana, en Turquía, se proclamó campeón de Europa con gol incluido en la final.
"Aquello será un antes y un después para mí", reconoce Manu, que salió del campeonato con un título y muchos amigos, por ejemplo el barcelonista Thiago, el hijo de Mazinho, con quien compartió habitación. "En verano irá con el primer equipo del Barça", revela el bético. Su turno tendrá que esperar, pero tiene claro que las prisas son para otros. "Mi sueño es jugar en el campo del Betis con los aficionados cantando mis goles, pero voy paso a paso. Cuando las cosas se hacen deprisa, salen mal", advierte.
No hace falta tener un máster para darse cuenta de que el ego no será un problema para Manu Gavilán. "Esto no se me subirá a la cabeza, qué va. Yo como siempre, ahora a estudiar que vienen los exámenes", dice con resignación cristiana. Hace 1º de Bachiller y "quizás" estudie Fisioterapia, pero por ahora tiene bastante con compaginar el colegio y el fútbol: "Se puede sacar, aunque es complicado. Este año ha sido el peor porque he estado dos meses fuera". En ese tiempo le dio tiempo de clasificar a España para el Europeo con un gol milagroso ante Italia en la fase previa.
Todo empezó para Manu en el Colegio Aljarafe. Allí lo entrenaba Salva, el actual delegado del Betis, que se llevó al niño a Heliópolis cuando el club lo llamó para dirigir el benjamín de fútbol 7. Desde entonces siempre ha tenido una relación muy amistosa con las porterías contrarias: en su segundo año alevín, por ejemplo, logró la friolera de 140 goles. Como infantil hizo 50: "Fue uno de mis peores años en el Betis", replica. Y al siguiente, otros 40... El "año perfecto" fue el segundo de cadete: "Ganamos la Liga, ganamos un derbi, fui pichichi con 28 goles y fui campeón de España con Andalucía", enumera Manu, que todavía se acuerda con todo detalle del primer partido que vio en el Villamarín: "Un 5-1 al Logroñés con dos goles de Roberto Ríos".
Fue en la campaña 96-97 y él sólo tenía cinco años. Doce después, la enésima joya de la cantera del Betis aún tiene su carnet de Gol Norte y aguarda un futuro lleno de expectativas: "Me queda mucho, para empezar tengo que ponerme un poco más fuerte", sentencia con la frialdad propia de quien enfila la meta rival con una sola cosa en la mente: el gol.
