Manuel Martín reivindica en su pregón el momento social y el papel de las hermandades

La Casa de la Cultura de Cantillana acoge a mediodía el XVIII Pregón que ofrece el periodista Manuel Martín junto a los sones de la banda de Guaditoca.

el 05 abr 2014 / 22:30 h.

15642423Explica el periodista Manuel Martín González. a pocas horas de ofrecer en la Casa de la Cultura el XVIII Pregón de la Semana Santa de Cantillana, organizado por la Delegación de Educación, Cultura y Turismo del Ayuntamiento, que le resulta muy emocionante y muy grato revisitar pasajes de su vinculación y la de su familia con la semana de Pasión cantillanera. Desde las doce y media, las miradas se centrarán en su expresión y los oídos en su verso, en un acto presentado por Jaime Solís donde estarán presentes las autoridades locales y los representantes de las cinco corporaciones religiosas que procesionan desde el Sábado de Pasión al Viernes Santo. El pregón contará con los sones de la banda de música de Guaditoca, de Guadalcanal. A sus 50 años, Manuel se muestra entusiasta ante el desafío, quizá mirándose en el espejo de la figura de su bisabuelo, José Dorado Rico, a quien considera uno de los impulsores de la Semana Santa de Cantillana desde los primeros años del siglo pasado, mayordomo de la Virgen del Consuelo. Y es que su historia está íntimamente ligada a la de la Semana Santa de este pueblo. «El pregón tendrá un componente de homenaje a mi familia, como hilo conductor salpicado de poesía con figuras como mi bisabuelo o mi tía Consuelo Dorado, que murió muy joven y durante muchos años llevó en la sombra la hermandad del Consuelo, y se recreará en momentos que van a resultar familiares a mucha gente por distintas circunstancias», adelanta. Con poco más de 10.000 habitantes, en Cantillana la semana de Pasión vive un momento de auge con cinco hermandades, desde la alegría de la Borriquita el Sábado de Pasión a la debilidad por la Virgen de la Soledad, patrona del pueblo, el Sábado Santo, pasando por el Silencio del Miércoles Santo, el Jueves Santo del Consuelo o la madrugá de Padre Jesús, el Señor de los pescadores, con momentos que él exaltará, echando la vista atrás para recuperar «esa mirada que nos permite crecer, saber de dónde venimos y hacia dónde vamos, y que le da personalidad a un pueblo y hace que sus fiestas sean singulares». Por último, dará voz a la «reivindicación del momento social que vivimos», y se propone «poner en valor el papel que juegan las hermandades como asociaciones vivas, cumpliendo el Evangelio cristiano, de estar donde hay una persona que lo pasa mal».

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