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Cultura

Manuela Carrasco conjura los elementos en su propuesta para la Bienal 2014

La bailaora presentará en el Teatro de la Maestranza el espectáculo ‘Naturaleza gitana, gitana morena’, que contará con Diego Amador al piano y con Miguel Poveda como voz invitada

el 02 sep 2014 / 21:41 h.

CarrascoAplausos en el ensayo de Manuela Carrasco y los suyos abierto a la prensa, preludio de los que la bailaora trianera recogerá el próximo día 21 de septiembre en el Teatro de la Maestranza, en el marco de la Bienal, tras el estreno absoluto de su última propuesta, Naturaleza gitana, gitana morena. Un montaje en el que se inspira en los cuatro elementos para cantar a la Naturaleza, y que ya tiene vendidas el 90 por ciento de las entradas. «La Bienal es una cita maravillosa y lo voy a dar todo», afirma la bailaora, quien acudirá rodeada de «grandes artistas» invitados como Diego Amador al piano o la voz de Miguel Poveda. El cuerpo de baile estará formado por Saray de los Reyes, Lole de los Reyes y La Marquesita; el cante correrá a cargo de Enrique El Extremeño, Pepe de Pura, Zamara Carrasco y Mara Rey; en las guitarras estarán Joaquín Amador, Miguel Iglesias y Paco Iglesias, y la percusión la asumirá José Carrasco. La dirección musical es obra de Joaquín Amador. La dirección, así como la dramaturgia, corresponde a Juana Casado junto a textos deMaría Cabrera. Casado afirma haberse inspirado en la Naturaleza «para asociar sus distintos elementos al baile y a los distintos palos que podrían representar», explicó. Así, el fuego vendrá expresado a través de los cantes de levante, incluyendo mineras y tarantos; el aire se plasmará en la rondeña y la soleá por bulerías; el agua, en las alegrías de Cádiz; y la tierra, en la zambra y la soleá. «Los cuatro elementos marcan el devenir del pueblo gitano», dice la directora en el texto promocional del montaje. «Podríamos decir que en sí misma la Naturaleza se manifiesta en clave gitana, por su poderío, su sensibilidad, sus cambios, su ritmo, sus arrebatos, su carácter impredecible, su autenticidad… Y cabría subrayar que en todas las artes se ha representado siempre la Naturaleza como el escenario predilecto para representación del pueblo gitano». «Si existe una mujer en el flamenco que puede encarnar cada uno de los estadios de la Naturaleza, desde el más agitado al más suspendido en el tiempo, esa es Manuela Carrasco», concluye la nota. No es la primera vez que la crítica compara a la trianera con una fuerza de la Naturaleza, especialmente con la soleá, su palo predilecto, el que ha puesto a sus pies los teatros de todo el mundo. «Pero no solo sé bailar por soleá, ¿eh?», puntualizó Carrasco con una sonrisa, por si cupiera alguna duda, al tiempo que aseguraba sentirse identificada con todos los elementos y dispuesta a transmitir emociones a través del nexo común que es el baile flamenco. Cosechó aplausos Manuela Carrasco en el ensayo de ayer, extraordinariamente concurrido, y levantó el vello de los presentes el multiinstrumentista y también notable cantaor Diego Amador, quien no oculta el placer que le produce acompañar al piano a «esta monstrua» del baile, aunque también pueda sentirse un poco intimidado. «Es la primera vez que trabajamos juntos, y cuando ves a esta gitana moverse sobre el escenario te aseguro que te pones nervioso». Diego Amador, que firma la música del espectáculo junto a Joaquín Amador, tuvo también palabras de recuerdo para el contrabajista estadounidense Charlie Haden, recientemente fallecido, y con quien Diego Amador compartió escenario varias veces, incluido un recital en el Teatro Central de Sevilla. «Su desaparición ha sido un disgusto muy grande, habíamos hablado de grabar un disco juntos, pero se puso enfermo y ya no pudimos retomarlo. De todos modos, conservo algunos conciertos grabados y no descarto que hagamos algo con ellos. Conocer a Charlie y tocar con él fue toda una experiencia, aprendí mucho de él y no solo como músico», apostilló. Merecedora del Premio Nacional de Danza 2007, Manuela Carrasco (Sevilla, 1954) es hija del bailaor José Carrasco El Sordo. Su formación en la danza flamenca se desarrolló de manera autodidacta, y debutó con once años en un tablao sevillano. Dos años después se enroló en la compañía de Curro Vélez para recorrer Europa. Al volver a Sevilla trabajó en el tablao Los Gallos, y posteriormente marchó a Madrid para actuar en Los Canasteros. En 1974 obtiene el Premio Pastora Imperio en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba y en el 76, el Premio Internacional de Baile en San Remo (Italia). Desde entonces pisa los mejores escenarios del globo y colabora con los mejores artistas del arte jondo en espectáculos que han quedado para la historia de nuestro arte. Uno de esos momentos mágicos es su aparición en la película de Carlos Saura Flamenco (1995) donde interpreta una legendaria soleá acompañada por el cantaor jerezano José Mercé.

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