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Maratón de pop-rock y sana locura

El I Festival Universitario de la Primavera reúne a miles de jóvenes en el Estadio Olímpico durante 14 horas de conciertos de primera línea para demostrar, entre otras cosas, que puede haber una alternativa a la indecorosa botellona.

el 21 mar 2014 / 22:52 h.

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Festival Universitario de la Primavera en el Estadio Olímpico de Sevilla. / Foto: Pepo Herrera Festival Universitario de la Primavera en el Estadio Olímpico de Sevilla. / Foto: Pepo Herrera (FOTOGALERÍA COMPLETA) El Estadio Olímpico es escenario este viernes de una experiencia pionera, basada en atraer a miles de jóvenes con un potente cartel de grupos musicales durante una maratoniana jornada de 14 horas. Si bien es cierto que la mayor afluencia de público se produce a partir del anochecer, desde las doce del mediodía se dieron cita en el evento un buen número de chavales dispuestos a apurar el día hasta las dos de la madrugada, hora prevista de cierre. Con un aforo de 25.000 personas, se calculaba que serían entre 15.000 y 20.000 las almas púberes decididas a dar la bienvenida a la primavera, convenientemente abastecidas de refrescos, cerveza y otras bebidas espiritosas por las barras instaladas por 42 facultades y asociaciones universitarias. Pero se hicieron esperar. «Está todo muy tranquilo aún, todavía hay mucha gente afuera», comentaban hacia las seis de la tarde Tamara, África y Ana, camareras por un día en la barra de Periodismo, la carrera que cursan. «Esperamos pasar un buen día aunque nos toque trabajar, y que saquemos bastante dinero para el viaje de fin de curso». Festival Universitario de la Primavera en el Estadio Olímpico de Sevilla. / Foto: Pepo Herrera El Correo de Andalucía, patrocinador del concierto. / Foto: Pepo Herrera En los vomitorios del Estadio Olímpico el flujo de estudiantes se hacía más intenso por momentos. Collares y diademas de flores remedando un imposible woodstock, gafas de sol de grandes lentes y colores chillones, batas distintivas para los estudiantes de Enfermería, y hasta algún grupo de chicos disfrazados, como si el carnaval pidiera prórroga. Lo cierto es que el ambiente festivo se prodigaba sobre la lona azul con que se protegía la pista central, sobre la cual raleaban las pandillas confidentes o bailaban exultantes otros asistentes, sin guardarse las fuerzas para las largas horas por venir. Claro que afuera se revelaba la otra cara de la moneda, la alargada sombra de la botellona derramada por los alrededores de la Facultad de Ingenieros. Puede que cueste entender que los jóvenes prefieran evacuar sus ingestas líquidas entre dos coches antes de hacerlo en un inodoro, o que opten por sacudirse al son de la música del radiocasete que sale por un maletero abierto, antes que saltar al ritmo de un recital en vivo. Pero los hay que esgrimen sus razones: «Hemos comprado una botella de Ballantine’s para dos», explican Álex y José Carlos, que prefieren omitir a qué facultad pertenecen. «No podríamos permitírnoslo copa a copa». Lo cierto es que, más allá de estas operaciones de desinhibición no del todo decorosas, el Festival organizado por B The Line con el patrocinio de, entre otros, El Correo de Andalucía, demostró ser una alternativa válida para lo que en el fondo venía a hacer la mayoría: el viejo rito de ver y dejarse ver, invocar a Cupido o alguno de sus subalternos, y llenar el aire de feromonas a fuerza de brincar, bailar y enloquecer por un rato lejos de los libros y los apuntes. «Nos pegamos la semana entera entre las clases y los estudios, aparte de nuestras obligaciones», explica Bea, estudiante de Derecho en faena improvisada de abogado de sus coetáneos. «Es normal que estemos deseando que llegue un día como este, de dejarse llevar un poco y coger nuestro puntito». A Kitty y Dani, dos estudiantes becadas procedentes de Miami, este esparcimiento resulta divertido, «pero en Estados Unidos son mucho más locas», dicen enigmáticamente. ¿Más alcohol? «Más locas», repiten sin más antes de perderse entre la muchedumbre. Al cierre de esta edición, todavía restaba un buen rato de música y buen rollo en el Estadio Olímpico. A través de llamadas y mensajes de whatsapp, todavía había quien, después de 14 horas, preguntaba que dónde seguía la fiesta... Un festival ‘non-stop’ con grandes figuras Aunque se dice que los jóvenes no necesitan demasiado para divertirse, los asistentes al I Festival Universitario de la Primavera supieron agradecer el buen gusto del cartel reunido para la ocasión, compuesto por figuras de contrastada solvencia como Carlos Jean, Wally López, Pignoise o los sevillanos O’Funkillo. Un ramillete de estrellas del pop y el rock los suficientemente atractivo como para impedir que nadie se apalancara en las gradas del Estadio Olímpico, que acusó una vez más sus conocidos problemas de acústica aunque no llegaron a ser excesivamente graves. Por otro lado, sorprendieron por su fuerza y convicción en este festival non-stop propuestas jóvenes como los murcianos Varry Brava, que se ganaron al público cuando todavía quedaban las masas por llegar. También estaba previsto que actuaran en la maratoniana jornada proyectos tan sugerentes como La Selva Sur, La Suite Bizarre y Münchausen, entre otras formaciones noveles, y que el presentador del evento fuera el actor y cómico andaluz Álex O’Dogherty. Algo más, en todo caso, que simple música de fondo.

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