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María Dolores Almeyda: "Mi influencia es leer las noticias, en la calle están todas las historias"

el 05 feb 2013 / 20:35 h.

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Algunos van a morir (Anaquel) es el título del debut como narradora de María Dolores Almeyda, originaria de Huelva pero tan afincada en Mairena del Aljarafe que ya es su tierra. Después de estrenarse recientemente como poeta con Versos clandestinos, esta autora que ha escrito siempre sin lanzarse a publicar es un ejemplo de que a veces la paciencia vale la pena, y de que hay buenos escritores que no siempre pueden darse a conocer. 

"Nunca he llamado a las puertas de una editorial para intentar publicar", explica. "Tampoco he mandado nada a concursos en los que se ofreciera mucho o nada, o la publicación de un poemario como premio. He sido siempre muy reservada en esta materia, quizás me daba miedo el rechazo. El hecho de lanzarme fue creer un buen día que lo yo escribía era al menos tan bueno como lo de cualquiera, y reunir el dinero para la auto-publicación".

Todos los relatos de Algunos van a morir giran en torno a la muerte, uno de los últimos tabúes de nuestra sociedad. "Desde el momento en que nos acreditamos como personas vivas, lo hacemos asumiendo que somos mortales y debemos morir en algún momento. Pero realmente no tengo ninguna obsesión con la muerte. Aunque es un tabú, y seguirá siéndolo, qué duda cabe. Incluso entre personas con una buena formación intelectual. He ofrecido el libro a personas que se han negado incluso a tomarlo en sus manos, mientras se santiguaban y se llenaban el pecho de cruces. Sin embargo la muerte está tan presente en nuestras vidas que es imposible vivir ajenos a ella o negarla".

Y aunque los relatos brindan lecturas muy reales, Almeyda niega que exista en ellos intención social. "He tratado de escribir la muerte desde puntos de vista diferentes, desde ópticas muy poco convencionales, ajenas al dramatismo, en ocasiones incuso cómicas", afirma. "Lo que sí hay es una realidad que cuando la leemos en los periódicos son historias y cuando la vemos escrita en un libro pensamos que surgen de la mente de un escritor. Es la consecuencia de creer que la realidad siempre supera a la ficción, al mismo tiempo que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia", agrega Almeyda.

A la hora de hablar de sus referentes, la escritora medita un instante. "No soy lectora de novela negra o de misterio. Creo sinceramente que la única influencia que puedo haber recibido con referencia a este tema es leer noticias en la prensa diaria, oír hablar a la gente, escuchar lo que cuentan desde detrás del mostrador de un bar, mientras hacemos la compra o esperamos la vez en la consulta del médico. En la calle están todas las historias", dice.

Por último, y puesto que este libro ve la luz entre dos poemarios -el próximo no tardará en ver la luz-, cabe preguntarse cómo mantiene a raya la narradora a la poeta que lleva dentro. ¿Conviven bien dentro de la misma`persona?
"Creo que en mi caso la poeta y la narradora se llevan bien porque mi poesía es más testimonial que otra cosa. Aunque casi nunca mientras escribo poesía mezclo los dos mundos.

Con el relato me llevo bien, y con la poesía que hago también porque no me exigen mantener la concentración a largo plazo. Tengo comenzadas varias novelas a las que no seré nunca capaz de dar un fin", apostilla la autora.

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