-¿Por qué decidió presentarse?
-No me presento a candidata para salir de decana. Es una acción de protesta porque no estoy de acuerdo con muchas cosas y por eso me presento. Sólo es una forma de decir que los abogados jóvenes estamos aquí. No puede ser que una persona esté tanto tiempo en el cargo, porque ya no representa a los abogados.
-¿Falta atención a los letrados que comienzan?
-Este Colegio parece que sólo representa a abogados que no lo necesitan, pero estamos otros letrados que no tenemos grandes despachos y a los que nos cuesta llegar a fin de mes. A esos no nos representa, el único servicio es que nos reduce la cuota seis euros durante tres años.
-¿Es demasiado tradicional la Abogacía?
-Sí, pero somos muy cobardes, porque no nos atrevemos a romper nada por las consecuencias que pueda tener y la repercusión negativa.
-Usted es de Barcelona. ¿Hay diferencia entre la Justicia allí y en Sevilla?
-La diferencia es que en Sevilla no nos agrupamos y se da la imagen de que los abogados son señores trajeados que ganan mucho dinero. El Colegio es el que tiene que darle la vuelta a esta imagen.
-¿Es difícil abrirse camino en esta profesión?
-Mucho. Yo tengo ideas, pero no tengo manera de acercarme al Colegio. No hay vida colegial. Además, es un mundo cerrado de tradición familiar. Los que no tenemos un padre abogado lo pasamos muy mal, porque al principio ni cobramos y no recibimos ninguna ayuda.
-¿Cuáles son los principales problemas de la profesión?
-Pues que, por ejemplo, estamos tardando año y medio en cobrar las guardias y nadie protesta. Es surrealista, es el Colegio el que debería movilizarse. Si no fuera obligatorio colegiarse para ejercer, ¿quién se colegiaría? No nos sentimos protegidos.
