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"Marta podría estar aquí"

La familia de la víctima pide que se siga buscando su cuerpo en Camas, donde vivía el principal sospechoso de su muerte.

el 10 oct 2009 / 19:45 h.

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Unas 300 personas, entre ellas los dos abuelos de Marta del Castillo, exigieron ayer en una manifestación repleta de pancartas con el lema Marta somos todos que se intensifique la búsqueda del cuerpo de la joven en Camas, donde vivía el principal sospechoso de su muerte, Miguel Carcaño, cuando ocurrió el crimen.


Ese rastreo se reavivó la semana pasada, cuando la entonces novia de Miguel, en cuya casa llevaba tres meses alojado, dijo que éste le había confesado que habían escondido el cadáver allí tras el crimen, que se produjo el 24 de enero. El cuerpo sigue sin ser hallado tras más de ocho meses, y la nueva teoría ha insuflado esperanzas a la familia. “Le damos mucha credibilidad, creemos que hay muchas posibilidades de que Marta esté aquí”, explicó su abuelo materno, José Antonio del Castillo, al finalizar una marcha que comenzó a mediodía en la plaza del Eucalipto de Camas, muy cerca de donde Miguel vivía, en la calle Camino del Monte.


A unos 50 metros de esta casa hay una montaña con zonas de olivos y áreas de escombros, donde la Policía Nacional buscó durante dos semanas, primero en el subsuelo y al final horadando con excavadoras. “La Policía no ha llevado a cabo una búsqueda exhaustiva, queremos que vuelvan a abrir unos metros más cerca de la casa en la que vivía Miguel, porque nos han dicho los vecinos que ahí había una zanja abierta” en las fechas en las que murió Marta.


El abuelo justificó su petición en la “confianza depositada” en los vecinos de Camas, que al “conocer el territorio” saben con más exactitud dónde se habría podido esconder el cuerpo, dijo. Por eso, reclamó al juez que dirige esta investigación que ordene seguir la búsqueda para “descartar todas las posibilidades” y aseguró que el tiempo que duró el anterior rastreo –en alusión sólo a las seis horas en las que él mismo estuvo estuvo presente en nombre de la familia– “no es tiempo suficiente para llevar a cabo un rastreo efectivo”.


La familia, que ha sufrido el calvario de buscar sin éxito el cuerpo de la joven, primero durante un mes en el río Guadalquivir y luego otro mes más en el vertedero de basuras de Sevilla, se aferra ahora al clavo ardiendo de que el cadáver pueda estar escondido en las conducciones de un arroyo que se cerró para devolver las aguas a su cauce natural, justo en el mes de enero. Eso les lleva a pensar que pudieron dejar allí el cuerpo, que habría quedado oculto por la tierra con la que luego se cubrió esa obra. Pero, en dos semanas de búsqueda, la Policía no localizó un solo indicio de la presencia de la joven. Dado que estas búsquedas se han realizado tras los cambios de versión de los imputados en el crimen, el abuelo volvió ayer a tachar de “vergüenza nacional” que un “grupo de asesinos se esté riendo de la Policía y del pueblo español” y arremetió contra la existencia de “leyes proteccionistas” para los “delincuentes” mientras las víctimas “quedan desprotegidas”.

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