El secretario y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, ha dicho hoy que la presencia de lo religioso en la vida pública inmuniza contra las tentaciones totalitarias.
Durante la ponencia que ha pronunciado esta mañana tras la apertura del X congreso Católicos y Vida Pública, en la Universidad San Pablo-CEU, Martínez Camino ha señalado que la presencia de elementos religiosos en el ámbito público no sólo no debe ser evitada, sino que es plenamente necesaria, ya que supone en sí misma "una renovación de la vida pública".
La acción de lo religioso en la esfera pública constituye, ha subrayado, una inmunización frente a la tentación totalitaria de que el hombre no sea considerado más que como un simple engranaje de la maquinaria social. "La oración -ha dicho Camino- exorciza el peligro de que la sociedad quiera acaparar la vida del modo que lo hace una colmena con las abejas", porque, "la sociedad no es el horizonte de la vida humana, sino el medio en que ésta se realiza según su semejanza a Dios".
Por tanto, ha insistido el obispo auxiliar de Madrid, en que los elementos como la oración, los templos o los crucifijos, regeneran la vida pública, porque "indican a los hombres cuál es su sentido".
Al analizar la situación actual de la cultura occidental, Martínez Camino ha asegurado que se detecta "tras las pantallas y las luces, un sufrimiento crónico de falta de esperanza".
Para el prelado, el origen de este mal radica "en esta cultura dominante que pretende sustituir al Dios de la Esperanza por el ídolo del progreso", y ha advertido de la "gran perversión" que encierra hacer del progreso una ideología, cosa que sucede cuando hay tal "enloquecimiento", que "se llega a hacer del progreso un sustituto de la salvación".
Martínez Camino se ha mostrado también autocrítico con "cierta" tendencia del Cristianismo moderno a ser "contaminado por la ideología del progreso y el antropocentrismo inmanentista en que se sostiene".
A través de esta vía, ha dicho, la fe ha pasado a ser considerada por muchos "como una fuerza más en la construcción del mundo", mientras que otros "la retraen al mundo de lo individual".
Previamente a la intervención de Camino, y durante la sesión inaugural del Congreso que, bajo el enunciado "Cristo, la Esperanza fiable", han organizado la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, el nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro, donde lamentó que "la esperanza que salva, la esperanza en la vida eterna que Cristo nos ofrece", haya sido reemplazada por la fe en el progreso.
"En las personas, ha dicho Monteiro, el desinterés por el futuro es una enfermedad: la apatía... El objeto de la esperanza es un bien incierto, posible y futuro, y procede de una acción libre" que implica "confianza en algo o en alguien que lleva a creer en la posibilidad de alcanzar el bien deseable".
Manuel Monteiro ha afirmado que el mensaje a transmitir al hombre de hoy es el de que "la esperanza cristiana en la eternidad, no cualquier otra supuesta esperanza que nazca de ideologías o de la conquista por nuestra mera voluntad, es la verdadera esperanza para el hombre, y Cristo es esa esperanza fiable".
