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Mátalos suavemente: Brad Pitt, un sicario en tiempos de crisis

el 21 sep 2012 / 18:58 h.

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Este fin de semana llega a los cines Mátalos suavemente, un thriller oscuro, violento y certero que matiza a su antojo los códigos del género con la crisis económica como determinante telón de fondo.


Brad Pitt vuelve a ponerse a las órdenes de Andrew Dominik, con quien ya trabajó en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford -western crepuscular de título monumental, muy disfrutable si se ha dormido lo suficiente la noche anterior- en esta adaptación de la novela Cogan's Trade. Una obra de George V. Higgins, autor también The Friends of Eddie Coyle, otro libro que fue llevado al cine en los setenta bajo el título de El confidente.


Ambientada en los días anteriores a la elección de Barack Obama como presidente de los Estados Unidos, hace ahora cuatro años, en Mátalos suavemente Pitt da vida a Jackie Cogan, un sicario de la mafia de Nueva Orleans. Un asesino a sueldo que se vanagloria de liquidar sus encargos "suavemente", a distancia, sin mancharse las malos.

Jackie es tipo con clase, en su muy particular estilo, que tiene las cosas muy claras y cuyos actos se explican en base a un único axioma: todo es un negocio. Él será el encargado de dar caza a quienes han puesto en jaque la ya muy endeble liquidez de los capos de la zona al asaltarlos mientras celebran una jugosa partida de póquer.

CAZA MENOR PARA PITT
Las incautas presas de Cogan son Frankie (Scoot McNairy) y Russell (Ben Mendelsohn), dos rateros de medio pelo que, alentados por un tercero -Johnny 'El Ardilla' (Vincent Curatola)- cavan su propia tumba al dar un golpe que pondrá precio a sus cabezas.

La caza de los chapuceros atracadores, y sus daños colaterales, son la excusa de Dominik para pasearnos por un submundo sórdido, desesperado y, sobre todo, muy, muy real.

Puede que ese sea el mayor hallazgo de esta historia de mafiosos y criminales 'más hablada que disparada' que sirve su acción en pequeñas y contundentes dosis. Recios chupitos que le valen para conseguir su objetivo: embriagar al espectador y, golpe a golpe, zambullirle en un escenario donde se respira un clima de violencia extrema. Una amenaza latente que en cualquier momento puede emerger para salpicar, literalmente, la pantalla.

En este safari por la jungla de asfalto nos topamos con algunas interpretaciones colosales. Los cara a cara de Pitt con Tony Soprano... perdón, con James Gandolfini -que interpreta a Mickey, otro sicario que va por la vida en caída libre- son simplemente memorables. Tampoco podemos pasar por alto los excelentes trabajos del siempre colocado Mendelsohn, Ray Liotta o Richard Jenkins.

CAPITALISMO Y SOLEDAD
Apoyado en este sólido elenco, en diálogos por momentos brillantes y en una excelsa fotografía, aderezada con algún que otro arabesco formal ya visto -recursos que no distraen ni consiguen difuminar el poderoso fondo-, Dominik desliza su demoledor mensaje: El mundo es un páramo capitalista en el que estamos muy solos.

Mátalos suavemente es, en resumen, una historia de mafiosos diferente que -con permiso del temazo de Johnny Cash The Man Comes Around- tiene en los discursos de George Bush Jr., presidente saliente, y Barack Obama, el entrante, su mejor banda sonora. Una cinta más que recomendable que destila cinismo y sarcamo y que nos muestra cómo la crisis es criminal. Para todos.

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