La Policía encontró ayer en Córdoba el cadáver de una prostituta, natural de Huelva, en su piso de la barriada de Los Vikingos. La víctima, llamada Antonia y conocida como la moñetes, ejercía la prostitución de forma habitual en la esquina de una farmacia cercana a su domicilio. Según los vecinos, la mujer fue vista por última vez el sábado 3 de abril, en la puerta de la casa donde fue hallada muerta, por lo que los indicios apuntan a que podría haber fallecido hace más de una semana. El dueño de la vivienda, de 60 años, y que atiende a las siglas S.C., fue detenido por la Policía como presunto autor de los hechos.
El hallazgo del cuerpo se produjo cuando el mismo propietario del piso, de 60 años, llamó a un cerrajero para que le abriera la puerta de la casa, porque como solía hacer habitualmente, se había dejado las llaves dentro. Según la información facilitada por los vecinos, cuando el cerrajero abrió la puerta de la casa, encontró un charco de sangre y le preguntó al propietario por su procedencia, a lo que éste contestó que pasara al interior de la vivienda y viera "a la muerta que tenía dentro". Los vecinos también informaron a los agentes de la relación que la víctima mantenía con el dueño de la casa, de los problemas de éste con el alcohol y de las fuertes disputas que ambos mantenían. Éstas se producían por causas económicas, ya que Antonia ofrecía servicios sexuales a su supuesto asesino para conseguir el máximo dinero con el que comprar droga.
Por otro lado, una mujer que conocía a la prostituta indicó que los vecinos habían alertado en varias ocasiones a la fallecida de que su relación con el detenido acabaría mal y, según esta misma vecina, la víctima le reconoció que, alguna vez, el hombre le había intentado agredir.
De momento, la Policía Nacional sigue investigando las causas del fallecimiento de la prostituta, a la espera de que el detenido dé algunos datos que ayuden a los agentes a esclarecer las circunstancias en las que se produjo la muerte, los motivos de ésta y el día exacto en el que se produjo el crimen.
