Dormía en el asiento trasero de su coche mientras conducía su novia de Sevilla a Málaga cuando una piedra partía el cristal lateral y se le estampaba en la cabeza. A José Javier Cubero le han tenido que implantar una placa de titanio. Todo sucedió en la A-92 a la altura de La Roda.
Puede contarlo. Por suerte, aunque también fue puntería. Unos individuos que la Guardia Civil trata de identificar la emprendieron a pedradas para divertirse con los coches que circulaban por la A-92 el pasado domingo por la noche. Los lanzamientos se hicieron desde el costado, con los vehículos pasando a 120 kilómetros por hora como poco, por lo que los impactos eran si cabe más peligrosos. Hubo varios coches abollados y un herido.
José Javier Cubero, natural de Castilleja de la Cuesta y de 33 años, se desplazaba como cada domingo por la noche desde su casa a Málaga, donde trabaja. Conducía su novia Esperanza, que se sobresaltó al ver una lluvia de meteoritos sobre el asfalto. Uno de ellos penetró por la ventana lateral derecha y fue a parar sobre la frente de José Javier. Sucedió a las 23.38 horas en el punto kilométrico 118.
"No noté nada. Mi novia paró unos metros más adelante junto a otros coches que también se llevaron pedradas. Y en esto que me llamó y se percató de que estaba chorreando sangre", cuenta el joven, que dice que la piedra era de albero "y del tamaño de un puño". Su novia le puso un pañuelo para frenar la hemorragia a la vez que llamaba al 112.
Apareció al poco una ambulancia y después una patrulla de la Guardia Civil, la misma que comentó a los perjudicados que por la zona próxima al lugar existe un asentamiento de rumanos. No obstante, las investigaciones por si se pudiera hallar a los autores de este peligrosísimo juego siguen su curso.
Operado en sevilla. José Javier fue trasladado primero al hospital de Osuna, y después al Virgen del Rocío de la capital, donde fue intervenido de urgencia en Neurocirugía. "Mi operación duró tres horas y me han tenido que implantar una placa de titanio porque fue tal la pedrada que me dieron que me hundieron parte del cráneo", cuenta con una tranquilidad que sobrecoge.
Por suerte, desde su intervención el lunes hasta la fecha, su evolución ha sido positiva, aun con las molestias propias. "Si todo sigue así, el viernes me darán de alta", apunta, y describe que el suyo no fue el único impacto pétreo recibido, pues uno de los faros del coche también fue alcanzado. José Javier y Esperanza han interpuesto la consiguiente denuncia y sólo esperan que no vuelva a repetirse una situación que podría haberle costado la vida. "Hay cosas que hace la gente que de verdad que no se entienden, y por desgracia hemos de tomar cada semana esa autovía para ir de casa al trabajo y viceversa. Después de lo que ha pasado, ¿cómo ir tranquilo?", dice.
Hace tres años, una niña de 12 fue apedreada en su coche a su paso por el asentamiento chabolista de El Vacie, en la capital. Sufrió también fractura craneal.
