Cultura

«Me queda todo por hacer»

El actor sevillano Juan Diego, que recibió ayer el Premio Málaga, concedido por el duodécimo Festival de Cine Español en reconocimiento a toda su trayectoria, aseguró que le queda "todo por hacer, porque lo que he hecho ya está hecho", y no busca "lo que hay que hacer, sino lo que viene".

el 16 sep 2009 / 01:33 h.

El actor sevillano Juan Diego, que recibió ayer el Premio Málaga, concedido por el duodécimo Festival de Cine Español en reconocimiento a toda su trayectoria, aseguró que le queda "todo por hacer, porque lo que he hecho ya está hecho", y no busca "lo que hay que hacer, sino lo que viene".

"Cuando tengo fracasos en el cine o en el teatro, digo que no los he buscado y me quedo muy contento y no pasa nada", explicó ayer en rueda de prensa el actor Juan Diego, que cree que su profesión "no puede ser una cosa muy distinta de la vida" y si un trabajo sale mal, simplemente espera "aprender por qué ha salido mal y solucionarlo".

A su juicio, "lo que hay que hacer es trabajar muy serio y muy profundo y ser consciente de que tienes una profesión que sirve para que sigas siendo el espejo de la gente que ve las cosas que haces". "Yo soy un asesino en potencia, un homosexual, un machista, un ángel o un demonio, porque no ha venido un marciano que nos inocule en nuestro genoma todo lo miserable que somos en general, todo lo tenemos dentro, y si tengo la oportunidad de quitarme esos demonios de dentro y me lo ofrece el cine es posible que ayude a la gente a sacárselos", añadió el actor de Bormujos.

Asegura que siempre está pensando en el trabajo que está haciendo o en el que va a hacer, "por una especie de vicio de meter a los personajes dentro y que anden por ahí". "Te acuestas y se van haciendo solos, como cociendo, luego los pones en marcha y te preguntas cómo es posible que esto avance así", explicó un jovial Juan Diego que, a pesar de estar considerado pro sus compañeros de profesión como uno de los mejores actores del país, rechaza para sí el calificativo de "actor de culto", y precisa que es un "actor de colegueo", que "establece relaciones naturales en el trabajo, a ser posible siempre desde el personaje", y por eso a veces le pega "dos empujones al chico que va a trabajar contigo porque es nuevo y está acartonado, y así lo destensas".

Respecto a sus inicios en la profesión, quiso relatar que, después de haber inventado durante mucho tiempo cómo fueron, se le vino a la memoria que, con cinco años, un día su tío Simón, que era ciego, le pidió "que cogiera el periódico ABC y le leyera la tercera de Pemán".

"Por la mañana, me levantaba y las muchachas que limpiaban en la casa decían: 'Callarse, que va a leer Juanito', y en la casa se hacía el silencio para que leyera un niño de cinco años".

Sobre el hecho de que recibiera anoche el Premio Málaga de manos de Antonio Banderas, subrayó que cada vez que ve al malagueño siente "la emoción de lo verdadero y lo auténtico". "Es un lujo su categoría humana y la tenacidad de su confianza en sí, a la búsqueda en otro idioma, pelear allí (en los Estados Unidos), hacer teatro en Broadway y estar tres meses. Es un lujo para Andalucía y para parte del extranjero que sea como es y tenga esa categoría, pero la gente grande es así", agregó.

Juan Diego no recela del hecho de recibir homenajes como el de anoche, que se ofrecen habitualmente a actores en el final de su carrera, porque "en la profesión habrá, entre actores y actrices de 35 a 50 años, unos 150 capacitados para recibir el honor de tener el Premio Málaga o el Premio Donosti".

"Esto no es un problema de edad, sino de conocimientos, porque a un burro, por mucha edad que tenga, no le darán ningún premio en ningún lado", apostilló este genio del cine.

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