Sí, ahí, si Dios quiere, llegaré con la cosecha más pequeña de los últimos años de calabazas que mis criaturitas (cincuenta y tres años entre todas) han cosechado a diferencia de las de la gente de mi entorno, que no saben la cantidad de sobresalientes y cursos de aprovechamiento que hacen en UK y USA todos los veranos, síndrome de Estocolmo le llamo.
Soria, cual Santipreti, Islantilla y El Puerto, pudiera conformar el póquer de los centros de verano más sevillanos que se dan. Font, ¿qué me recomiendas?; Font, ¿dónde me quedo?; y Font ¿hay para niños? son las preguntas más frecuentes que compañeros de trabajo, amigos y conocidos me hacen por doquier con intención de veranear en la zona. Yo les contesto con una sola palabra: google, sustrayéndoles, claro está, cualquier información sobre el valle del Cintora, que es lo mejor que hay.
Los sitios no son buenos ni malos, sino tú, tu familia, tus parientes, tus amigos, tu compañía, tu entorno, en fin, to los tuyos son los que harán de un desierto un oasis caribeño o de un vergel una celda incomunicada. Al Royo me voy para descansar y a tomarme una ensaladita con una tapa (y ya he cenado -por las cajilas-) con los Garcías, es decir, con los Tellos, los Prado, los Albizuris, los Arósteguis, Bellosillos, O'Neills, Plasencia, Sáenz de Tejada, Alvear, Enrile, Zarzas, Vigones... Feliz verano carísimos lectores, que lo pasen bien.
José María Font Ortiz es abogado.
