II Ciclo de Música Antigua de la Universidad de Sevilla. Capilla del Rectorado. Fecha: 20 de enero de 2010. Intérprete: Hopkinson Smith, laúd y vihuela. Programa: Obras del Renacimiento de Luis de Milán y Francesco da Milano.
Las sinergias y buenas sintonías que crean los músicos dan como resultado pequeños tesoros. En este caso siempre será de agradecer el buen entendimiento que el percusionista Álvaro Garrido tiene con el maestro de la cuerda pulsada, Hopkinson Smith (Nueva York, 1946). Gracias a ello su presencia en Sevilla trasciende la mera visita ocasional. Hace unos años llevó a Olivares la música de Pierre Attaingnant y anoche, en una Capilla del Rectorado hermosamente revelada como escenario ideal para estos sonidos, hermanó en su atril partituras renacentistas del español Luis de Milán y del italiano Francesco da Milano.
No es ésta una música sencilla, no al menos en una primera escucha. Carece del encanto dramático de John Downland y de la inmediatez de las piezas de Robert de Visée, pero a su favor juega la presencia de unos entramados polifónicos de gran sutileza que Smith nos hace oír dejando respirar el sonido, casi pasando desapercibido, equilibrando un tocar limpio con un tañido que enciende la chispa de la emoción en el recoveco más inesperado. Puntualizar que en su recital hubo ciertos roces con la digitación no resta importancia a un extenso programa servido por un veterano artista que hace de esta música, de por sí mesurada y volatil, un perfume aun más extremado.
Y es que pocos grandes de su instrumento son capaces de intervenir tan poco, de ser escrupulosamente fieles a lo escrito. Instantes de respiración contenida hubo varios, pero el más palpable llegó con Plus de tristesse,prends ta maitresse, de Da Milano, una música ante la que parece imposible no levitar.
