El equipo español de natación sincronizada dio un paso para colgarse una nueva plata, tras terminar segunda con una frenética rutina técnica que sólo fue superada por las rusas, que nadaron con música del compositor español Isaac Albéniz.
Las españolas arrancaron 97,833 puntos de las juezas (una media de 9,8) gracias un ejercicio caracterizado por la velocidad y las agrupaciones compactas.
Buen juego de piernas y difíciles transiciones entre los elementos obligatorios hubo en esta rutina que, sin embargo, quedó bastante lejos de ejecutada por el equipo ruso.
Agazapado durante un año de las competiciones internacionales preparando los Juegos Olímpicos, el equipo ruso puso en escena una rutina técnica imbatible que les valió 99,000 puntos, con sendos repóquer de 9,9 en ejecución e impresión general, al compás de la Suite Española del compositor Isaac Albéniz.
Con su perfecta sincronización y su depurada técnica, Rusia no ha defraudado en estos Juegos, si la lógica se impone, hoy se colgarán el oro.
La seleccionadora de natación sincronizada, Anna Tarrés, dijo ayer que si el equipo nacional nada como lo suele hacer, la medalla está asegurada.
"Hemos hecho los deberes y los hemos hecho bien y estoy contenta con la actuación de las chicas", y añadió: "una vez más dependemos de nosotros y si nadamos el África (el ejercicio de hoy), una vez más como solemos hacer, la medalla es nuestra".
"Creo que el sorteo no nos ha sido favorable y es el precio que se tiene que pagar por ser el número uno", explicó, y añadió que saliendo en el primer puesto "es menos controlable todo lo que te va a pasar hasta que te toca salir".
